Caso de la Bumble Bee: crónica de un cierre anunciado

MAYAGUEZ: El cierre definitivo de la empresa atunera Bumble Bee, que por medio siglo ha sido fuente de trabajo para cientos de familias de la región oeste, constituye otro rudo golpe a la economía de esta parte del país, que desde hace muchos años ha visto desaparecer a importantes industrias que por décadas crearon miles de puestos de empleo permanentes y bien remunerados. Sin embargo, el caso de Bumble Bee patentiza la poca importancia que los gobiernos de esta isla le han dispensado al desarrollo industrial de la región occidental.

Es un hecho comprobado que desde el 2011, la gerencia de Bumble Bee ha estado luchando para evitar la clausura de la empacadora que opera frente a la playa de Mayagüez desde su fundación local en 1962. Aunque trascendió que dicha compañía hizo acercamientos al gobierno actual para lograr la permanencia de la firma en Mayagüez, incluso, reubicando en la isla la empacadora que opera en Aruba, no hubo receptividad en las oficinas de Fomento Industrial.

Tarifas desmedidas en el costo de la energía eléctrica, aumentos en los gastos operacionales y una terrible competencia del producto a nivel mundial, hacen imposible que la empresa Bumble Bee, pueda  seguir siendo fuente de empleos en la Sultana del Oeste. El próximo 30 de junio, es la fecha en que Bumble Bee, dirá adiós a Puerto Rico, dejando en la  calle a unos 200 trabajadores.

No obstante y como firma agradecida de los servicios prestados a la atunera por esos fieles empleados, sus directivos se comprometieron a compensarlos a tenor con las leyes de Puerto Rico. Es  triste para los residentes de la región oeste, que una compañía que durante décadas se mantuvo a flote contra viento y marea, se haya visto forzada a cerrar sus puertas.

El caso de la Bumble Bee, es la crónica de un cierre anunciado; siendo el resultado de un futuro incierto para una isla donde el desarrollo industrial ha ido en descenso, mientras otros países del Caribe, se preocupan por resultar más atractivos al  establecimiento de nuevas fábricas.  Puerto Rico solo puede echar hacia adelante, si nos desprendemos de los costos abusivos del petróleo y de una política industrial, sin puerto seguro.