De las multitudes voluntarias a las audiencias cautivas

Foto aérea de la Plaza de Colón en Mayaguez (Fuente PPD)

En tiempos de nuestros padres y abuelos, acudir a un mitín político para escuchar a figuras como Luis Muñoz Marín, Gilberto Concepción de Gracia, Miguel Angel García Méndez, Isabelino (Pucho) Marzán y el doctor Pedro Albizu Campos, era equivalente a darse cita en la plaza del pueblo para escuchar cantar a Gilberto Santarrosa, Ednita Nazario, El Gran Combo y Marc Anthony. La gente acudía por placer y nadie tenía que proveerle transportación, porque aquel pueblo humilde recorría grandes distancias a pie o en el «cacharro viejo»  para disfrutar de la oratoria de sus ídolos.

Como era natural, don Luis Muñoz Marín y el licenciado García Méndez, eran los favoritos de populares y republicanos, aunque muchos recuerdan el estilo preciso y bien articulado del doctor Albizu Campos. Cabe aclarar que en aquella década del 50, no existían los avances tecnológicos de estos tiempos y el numero de estaciones de radio y televisión estaba  limitado en algunas regiones de la isla.

Sabemos que los «mayorcitos» no olvidan el famoso tren en el que Muñoz Marín se desplazaba por  la isla durante las campañas eleccionarias. Al hijo del prócer Luis Muñoz Rivera, acudían a escucharlo votantes de todas las ideologías.

Pero como todo cambia en el diario vivir del hombre, ahora encontramos que la gente no se mueve de sus casas a menos que le echen gasolina al carro, le paguen la dieta del día y los movilicen en vehículos con aire acondicionado. A todo esto, no basta la presencia del político verde, rojo o azul, a no ser que llegue acompañado del reguetonero de moda o del merenguero del momento.

Con sus contadas excepciones, porque aún quedan simpatizantes  políticos por convicción, en tiempos modernos todo se reduce a la conveniencia o al interés pecunario. «Si me ayudas te ayudo, si me das te doy», parece ser la consigna  de aquellos que aguardan siempre el favor el número 100.

Aparte de que ahora no hay líderes políticos con el carisma de los arriba mencionados, las campañas mediáticas descansan más sobre la figura del candidato o candidata y nunca sobre sus programas, ofrecimientos, decencia y credibilidad. Aquellas épocas de las multitudes voluntarias pasaron a ser parte de la historia.

Comments

  1. Kenneth D. McClintock says

    Un Puerto Rico en que se llega por expresos a la playa, o se alquila una película entretenida en el club de video o por netflix ya no asiste al mitin en ánimo de entretenimiento. Quienes insisten vivir en ese pasado se sienten obligados a multiplicar por 10 o por 20 la asistencia para justificar su decisión errada, no contando con la astucia de quienes utilizan nuevos métodos de medición para desmentirlos. Google Earth, accesible gratuitamente a todo el que pueda leer este comentario, permite al lector medir la distancia desde la fachada de la Alcaldía a la fachada de la Catedral y de fachada a fachada de los edificios que completan el rectángulo de la Plaza y sus calles y aceras circundantes. ¿La medida? 5,800 metros cuadrados, con todo y árboles, babncos y otras obstruciones. En un solar arrasado con esa medida, siun mayores obstáculos, cabrían, compactamente, 5,800. En la Plaza Colón, quizás 2,000-2,500.

    El 10 de junio, el PPD acomodó 1,500 personas en su asamblea en el Río Mar, mientras el PNP reunía 12-14,000 delegados en el Rubén Rodríguez. Hoy, con $200mil de las arcas del Municipio de Mayagüez y decenas de miles en fondos públicos de otros municipios pepedés para alquiler de guaguas, etc., apenas habrán llegado a 2,500.

    Lo que cuentan son los votos en las urnas, pero el fracaso de movilización es un indicio de que el senador García carece de momentum a poco más de 100 días de las elecciones. «La calle» no está encendida con él.

    Kenneth D. McClintock

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