Decir que el sargento asesinado durante el cumplimiento del deber pudo activado el sistema de cámaras del auto patrulla que manejaba, es un cuento de caminos para no admitir que la Policía no dispone de ese sistema electrónico que lleva más de un año instalado, pero que nunca ha funcionado. Aparentemente, alguien ha pretendido tomarle el pelo al Superintendente, señor Emilio Díaz Colón, dándole una versión totalmente falsa.
Es un secreto a voces que las cámaras instaladas en los vehículos de la Uniformada están fuera de servicio por falta de mantenimiento y las pocas que aún funcionan no disponen del disco para grabar. Eso lo saben los propios patrulleros de la División de Tránsito, que declinan comentarlo en público para evitarse sanciones administrativas. Incluso, hay miembros de la Fuerza que ni siquiera saben como manejar las cámaras porque nunca fueron entrenados.
Le sugerimos al superintendente Emilio Díaz Colón, que en lugar de hacerse eco de los «cantos de sirena» que le traen los oficiales de alto rango haciéndole creer que todo marcha bien en la Policía a nivel estatal, lleve a cabo visitas por sorpresa a los diferentes cuarteles y regiones como se hacía en los tiempos de Pedro Toledo.
Es cierto que los autos asignados a los oficiales de barras y estrellas se encuentran en la mejor condición, y posiblemente las cámaras de seguridad funcionan, pero la historia es distinta cuando se trata de los uniformados que tienen la obligación de conducir autos con las gomas en la lona y desperfectos mecánicos.
Don Emilio Díaz Colón, usted es un buen puertorriqueño, lleno de buena fe para trabajar por Puerto Rico, pero eso no basta para bregar con el problema del crimen que toca las puertas del propio Departamento de la Policía. La pérdida del Sargento Abimael Castro Berrocales, es una tragedia para nuestros país y no es momento para invocar excusas. Por favor, no siga justificando lo que todos sabemos, que a usted se le ha ido de las manos la dirección de nuestro más importante cuerpo de seguridad pública. En La Calle Digital no le pedimos que se vaya del cargo de Superintendente de la Policía, tan solo queremos que no continúe dando excusas. Puerto Rico y su gente no lo merece.