Cuando es impuesto real es el 22 por ciento y no el 7.

Por Julio Víctor Ramírez, Sr.

Editor-Revista La Calle Digital

Ahora cuando funcionarios del gobierno hablan sobre las bondades de pagar el IVU del siete por ciento, como uno de los mecanismos para mejorar las finanzas del país, decenas de comerciantes se han visto forzados a cerrar operaciones y otros estudian la posibilidad de clausurar las puertas de sus negocios y marcharse de Puerto Rico. No es mentira decir que nuestra isla tiene uno de los sistemas contributivos más injustos de la nación nortteamericana y sus territorios.

Es un cuento de caminos decirle al pueblo que con el llamado IVU del siete por ciento y su nuevo carnal el «IVU Loto», la isla disfruta de una mejor situación económica donde las oportunidades de empleo crecen como el matojo.Sabido es, que los puestos de trabajo creados recientemente, solo alcanzan a un grupo de privilegiados, afectos al gobierno de turno.

Los que ahora respaldan a capa y espada la permanencia del 7 por ciento, son los mismos que criticaron a las administraciones gubernamentales anteriores. Lo malo de ayer para los puertorriqueños,es ahora la solución mágica que está llenando los bolsillos de los grandes intereses.

Si al IVU del siete, le adicionamos el 15 por ciento que el cliente viene obligado a pagar en restaurantes y negocios donde el público es atendido en las mesas, entonces la historia del impuesto se «encarama» hasta un 22 por ciento.

Entiendo que alguien ripostará diciendo, » que si no quiere pagar ese 15 %, pues no acuda a lugares de caché». Aparte de eso en muchos de esos establecimientos es práctica obligatoria pagar el siete y el 15 por ciento, ya que los muy listos lo incluyen en la factura.

La gente dice..y con sobrada razón que en Puerto Rico, la clase media se encuentra en peligro de extinción y al final solamente habrá sitio para los ricos-ricos y los pobres-pobres. Los primeros seguirán sosteniéndose de su propio patrimonio y a la clase pobre, la continuarán ayudando nuestros «socios de la gran corporación», como diría un respetado radiodifusor.