Casa donde murió calcinada una mujer no tenía servicio de luz

CABO ROJO: Así lo pudo constatar La Calle Digital, tras girar una visita hoy lunes a la humilde estructura de madera y zinc donde residía la ama de casa Blanca Vélez Graniela, quien murió calcinada el domingo por la noche en medio de un fuego que está siendo investigado por el CIC y el Servicio Estatal de Bomberos. El señor Adalberto Villanueva, que se identificó como esposo de la victima por más de 20 años, se mostró consternado ante lo sucedido pero no pudo precisar que desató el siniestro que tronchó la vida de la señora Vélez Graniela de 59 años.

Trascendió, sin embargo, que la vivienda enclavada en la calle Agüeybaná número 69 de las parcelas Elizabeth de Puerto Real, ardió en cuestión de minutos, según explicó uno de los vecinos que acudió en ayuda de la mujer. Localmente se comenta que las llamas  fueron originadas por una vela encendida que Blanca utilizó para alumbrarse ya que la casa estaba desprovista de energía eléctrica desde hacía algún tiempo.

Aunque muy parco al hablar, Adalberto aceptó que la AEE les cortó el servicio de luz, porque tenían problemas para saldar facturas atrasadas por una cantidad de dinero indeterminada. Aparentemente la pareja intentó lograr la ayuda de diversas agencias, pero finalmente la AEE les llevó el contador.

Inquirido sobre el sitio donde estaba la noche de la tragedia  donde perdió la vida su compañera, Villanueva explicó que se hallaba en la casa de un familiar. » Yo llegué después», enfatizó Adalberto.  A pesar de que la estructura no ardió completamente, tanto la cocina de la residencia como la habitación donde dormía Vélez Graniela, quedaron reducidos a escombros. Varias ventanas de aluminio fueron derretidas por el fuego, que pudo ser controlado por bomberos estatales.

Si bien es cierto que el siniestro comenzó a eso de las 9:35 pm, vecinos del sector no tuvieron oportunidad alguna de rescatar a la señora Vélez Graniela. Un pastor evangélico que pasaba en su vehiculo por la carretera contigua a la calle Agüeybaná, trató de derribar una puerta para socorrer a la victima, pero sus esfuerzos resultaron inútiles.  Aparte de controlar las llamas, los bomberos evitaron que el incendio se propagara a otras residencias del lugar donde habitan familias de clase media.

En el caso de Adalberto y esposa, ellos dependían de las «chiripas» que él realiza para  conseguir los alimentos y pagar algunos compromisos inmediatos. Sin embargo, estaban atrasados con el pago de la factura de la AEE.