MAYAGÜEZ: La escritora y sobreviviente de violencia doméstica Lisette “Lee” Jiménez comentó en el fin de semana que para evitar tragedias relacionadas con disputas de pareja, hay que educar a la gente para “dejar de criar machistas y feministas”. Al mismo tiempo recomendó que se le tiene que levantar desde temprano la autoestima a los niños y jóvenes para que de adultos no toleren las conductas de violencia doméstica.
Durante entrevista con LA CALLE Digital, Jiménez, autora del libro “Vencí mi Gigante”, que narra su experiencia como víctima de violencia doméstica y cómo superó la situación, aseguró que se deben crear centros de apoyo para los agresores; establecer por ley que una víctima de violencia conyugal no pueda retirar una querella una vez radicada y si se retira después de sometida y ofrecido una declaración jurada, la víctima enfrente un proceso por perjurio.
“Entiendo que una orden de protección emitida por un tribunal debe tener un mínimo de seis meses de vigencia”, apuntó Jiménez al reaccionar a los más recientes casos de asesinato relacionados con la violencia doméstica, ocurridos esta semana pasada en Caguas y Las Marías.
Jiménez defendió el que la otorgación de la orden de protección, una vez comprobada la necesidad de la misma, se haga de forma expedita.
“Citan al agresor una semana después y esto da oportunidad a la reconciliación. Para colmo, al agresor le asignan el mismo abogado desde la vista preliminar y sigue el proceso hasta el final, lo que permite que se prepare bien. Mientras que a la víctima le asignan un fiscal para la vista de Regla 6 (Determinación de causa para arresto), que se prepara unos minutos antes de que se vea el caso, y muy pocas veces el mismo fiscal sigue el proceso completo. En el caso del que fui víctima hubo un fiscal en la vista de Regla 6, otro en la vista preliminar y otro distinto en el juicio”, criticó Jiménez.
Trascendió que en algunos casos, los fiscales leen “por encima” el expediente y entran a sala. Indicó que cuando se logró la convicción de su agresor, fue porque el fiscal que trabajó el caso, estuvo de principio a fin.
“Una como víctima no se atreve ni a hablar, porque el abogado de la defensa está pulido, y nuestro fiscal se acaba de enterar”, comentó Jiménez.
Por otro lado, la escritora destacó lo inadecuados que son en ocasiones los albergues. “Es como una cárcel, porque una vez entras, te chavas, pues ni puedes ir a trabajar, ni tus hijos pueden ir a la escuela”, concluyó.