Energía Eléctrica continúa el abuso contra el Pueblo

HORMIGUEROS: Si es usted de los ciudadanos que tiemblan de pies a cabeza cuando el cartero le hace entrega del sobre conteniendo la factura de la Autoridad de Energía Eléctrica, créame que no lo culpo. A este periodista le está sucediendo igual, porque ya es insoportable el abuso que esa corporación pública mantiene contra la clase media de este país.

Precisamente, ayer jueves procedimos a pagar la factura correspondiente al mes de mayo 2012, por la cantidad de $460 con 66 centavos. Pero aguántese, nuestra tarifa básica por consumo de energía es de $75 con 91 centavos. A eso añádale $319.23 por » compra de combustible» y otros $65.52 por «compra de energía».

Que conste, si usted revisa su factura más reciente ya no aparece la frase «ajuste por combustible».  ¡ EUREKA!, de manera  ficticia el gobierno actual «eliminó» de un plumazo la odiada frase.

Pero tanto engaño no termina ahí, no obstante la rebaja en el precio del barril de petróleo en el mercado mundial, la AEE  le sigue facturando a sus clientes como si el combustible estuviese a $140 el barril.

En nuestro caso, la más reciente factura que cubre del 16 de junio  al 9 de julio de 2012, se elevó de $460 en mayo a  $506 en junio de 2012.  La misma se desglosa de manera siguiente: Tarifa básica $85.35, compra de combustible $355.79 y compra de energía $64.86

Sin lugar a dudas, esto constituye un «atraco» contra las clases media y pobre que no les sobra un centavo para otros gastos inaplazables. Nuestro llamado público al ingeniero José Ortíz, flamante presidente de la Junta de Directores de la AEE, para que le diga la verdad al pueblo.

Dígale, ingeniero Ortíz, que nosotros los consumidores de Puerto Rico, tendremos que cargar con el costo del fracaso que ha sido el Gasoducto y otros proyectos fatulos de esa corporación. Acepte que los bonistas tienen prioridad sobre los abonados de la Autoridad y admita que usted y sus amigos no van a renunciar a sus jugosos sueldos  en esa corporación pública, y menos, a favor del sufrido pueblo. Es un mamey, explotar al pobre consumidor, porque el gobierno sabe que no tenemos los recursos para enfrentar a los bufetes de la Milla de Oro.