ARECIBO: Aunque la Policía declina aceptar que en Puerto Rico impera una guerra no declarada, donde la ola de asesinatos sigue creciendo de manera alarmante, durante este pasado fin de semana se registraron otras 12 muertes violentas en diferentes áreas del país. Uno de los casos horrendos tuvo lugar en el barrio Naranjito de Hatillo, cuando varios asaltantes mataron de un disparo en la cabeza al empleado de farmacéuticas José Ramírez Santiago.
La tragedia se suscitó el sábado cuando el infortunado llegó al hogar y se topó con los individuos que entraron a la residencia para robar. Tras percatarse de la presencia del jefe de familia, uno de los ladrones agarró por el cuello a la esposa de Ramírez Santiago, quien les rogó que la dejaran libre. En vista de que los sujetos se negaron a soltar a la fémina, la victima intentó ayudarla pero fue ultimado de un disparo.
El suceso se suma a otras nueve muertes violentas que investigan las diferentes unidades del CIC. Las estadísticas de homicidios ascienden al presente a mil o12 casos, lo que rebasa la cifra histórica de crímenes para los últimos años. Sectores de la comunidad puertorriqueña sugieren la movilización de la Guardia Nacional, pero con poderes especiales para intervenir junto a la Policía.
