Por Marimer Lanza González-Rodiles
En estos primeros días del año, con nuevas administraciones tanto aquí como allá en la república del norte, me tienen con el alma y mi ser perturbados.
Me puse analizar sobre muchos acontecimientos históricos, que marcaron una gran diferencia y cambios para la Humanidad. Tantas luchas para lograr cambios significativos para la sociedad y su bienestar.
Y en tan solo 28 días desde que empezó este año se han intensificado los odios, los rechazos, el racismo.
Me he preguntado si esto es un ciclo repetitivo en la sociedad…
Me pregunto, después de luchar tanto estamos como si no se hubiera hecho nada.
Siempre he pensado que cada cual tiene el derecho de pensar como quiera, de creer lo que le dé la gana.
Pero el querer imponer sus maneras de pensar y de creer, es una manera de opresión, una manera de someter y juzgar a los demás.
¿Qué pensaría Jesús de todas estas personas que utilizan su nombre en vano? Qué pensará Él de todas estas personas que se les olvida su principal mandamiento, Ama a tu prójimo como a ti mismo.
A Él le da asco el pastor que se hace rico con su fe… A Él le dan asco las personas que solo se convierten en buenas cuando pisan una iglesia, o cuando rezan el rosario sin descansar, y los que pasean con la Biblia debajo del brazo, y cuando están en su diario vivir no viven la vida con amor genuino; o los que calumnian y destruyen a los demás, hasta los que se dan con piedras en el pecho de ser cristianos y odian la creación de Dios, los animales y los recursos naturales.
Todos vivimos en el mismo planeta Tierra, esta es la casa de todos. Todos debemos respetarnos los unos a los otros.
La sana convivencia es la base para vivir una vida plena, en tranquilidad y en paz.
Nadie es mejor que nadie, y nadie es menos un nadie.
Todos somos iguales, todos somos unos seres imperfectos que debemos buscar la manera de como convertirnos en mejores seres humanos.
La vida es corta, la vida es la mejor escuela.
Ame, respete, y tenga empatía.
En la foto, fui a contarle a Jesús como iban las cosas por acá abajo y esa fue la cara y la mirada que puso cuando le dije lo que acá estaba pasando.