Se cumplen cuatro años del asesinato del sargento Abimael Castro Berrocales (Archivo).
Por Julio Víctor Ramírez, hijo
Se cumplen el día de Año Nuevo cuatro años del cobarde asesinato del sargento Abimael Castro Berrocales, y la solución del crimen aparenta estar tan lejana como el primer día, a pesar de promesas, confidencias, bocetos y descripciones que se ofrecieron a raíz de los hechos ocurridos en las primeras horas del nuevo año en el 2012.
Castro Berrocales, mientras cumplía con su deber asignado a la División de Tránsito de Mayagüez, detuvo un sujeto en la carretera PR-100 de Cabo Rojo por conducir a velocidad excesiva. El conductor mató de dos disparos en el rostro y la cabeza a Castro Berrocales en los momentos en que preparaba un boleto de multa administrativa.
El sargento Castro Berrocales tenía 40 años al momento de su muerte.
Tras conocerse el vil crimen, comenzaron a circular versiones sobre un Toyota Paseo color verde que fue visto en el lugar donde ocurrió el asesinato, e incluso, se preparó un boceto del sospechoso que circuló por todos los medios del país.
Cuatro años después no se han radicado cargos, a pesar de la promesa que le hiciera el entonces superintendente de la Policía, Emilio Díaz Colón, a la viuda del oficial caído, Evelyn Muñiz, de “que el caso será esclarecido”. Eso no ha ocurrido.
Como cuestión de hecho, la única acción que se tomó en torno a este caso fue la expulsión de la Policía de Puerto Rico del agente Harold Alexander Ortiz Cruz, quien en medio de la indignación que había producido el crimen y el descontento que entonces existía entre los uniformados con las ejecutorias del exsuperintendente Díaz Colón, usó el sistema de altoparlantes de una patrulla y le dijo al funcionario: “Renuncia, renuncia”, mientras se efectuaba el velatorio de Castro Berrocales en la Funeraria Martell de Mayagüez.
Cada año, el 1 de enero, familiares, compañeros y amigos de Castro Berrocales se reúnen en la carretera PR-100, en el lugar en el que fue asesinado, para recordarlo y con la esperanza de que el asesino pague por su crimen.
Una ves mas llego a PR. Para estar presente en la actividad en la Carr 100. La presencia de Los companeros de mi hermano nos da una Esperanza de que quizas el caso se resuelva. A veces pienso que todo se a barrido para debajo de la alfombra para protejer a la persona qua cometio el crimen. Todos sabemos que eso sucede. El silencio que existe donde ni a la propia Madre de Aby le reportan algun progreso en la investigasion, Es una indicasion de incapacidad de la justicia.
Julio Victor es increible ver como a 4 años todavia no se le ha hecho justicia a el Policia Abimael Castro Berrocales, con tanta prueba e investigacion. Claro para ellos fue mas importante perseguirme y abusar de mis derechos constitucionales como los han hecho hasta el dia de hoy que resolver este crimen. No vamos a descansar hasta que se haga justicia. Harold A. Ortiz Cruz