MAYAGÜEZ: Desde hace varios días, los automovilistas que hacen uso continuo de la carretera estatal número 2, en jurisdicción de Mayagüez hacia Hormigueros, están confrontando serios inconvenientes ya que los semáforos instalados a lo largo de la ruta desde la intersección de la calle Carolina, Guardia Nacional y el Mayagüez Mall, permanecen fuera de servicio. Aunque preliminarmente se pensó que podía tratarse de averías en el sistema, personal del Departamento de Transportación y Obras Públicas detectó que los apagones en 6 semáforos del sector obedecen a incidentes de vandalismo.
No es la primera ocasión que eso ocurre. Delincuentes que se dedican al hurto de cobre y otros metales, están implicados desde hace mucho tiempo en lo que nosotros en Revista La Calle calificamos de «actos de sabotaje». Tales irresponsables desconocen que inutilizar las líneas eléctricas que energizan el sistema de luces y señales de tránsito, es un acto imperdonable que pone en riesgo muchas vidas.
En los hechos recientes ocurridos en el Area de Mayagüez, los » roba-cobre», no han tenido el menor asomo de vergüenza a la hora de provocar daños cuantiosos en propiedad que es pagada con los recursos del pueblo. Aunque los incidentes de ahora se relacionan con el sabotaje de los sistemas de semáforos en jurisdicción de la Sultana del Oeste, esta ola de vandalismo rampante se extiende a escuelas, instalaciones deportivas, alumbrado de carreteras e incluso, fábricas que se mantienen cerradas.
El caso más dramático lo constituye la desaparecida farmacéutica Allergan América de Hormigueros, de cuyo edificio los ladrones cargaron con más de un millón de dólares en cable de cobre y otros metales. Es hora ya, que la Legislatura incluya como delito grave, el vandalismo, hurto, inutilización de líneas que provean electricidad a toda instalación pública o privada que a su vez ofrezca servicios a la ciudadanía. En cuanto a los semáforos funcionando adecuadamente, se trata de un sistema que debe ser protegido por leyes más rigurosas. Alto al sabotaje en nuestras carreteras; ya no se trata de simples incidentes de hurtos o daños a la propiedad.