Ambiente frente al cuartel de Isabela mientras se investigaba incidente de la supuesta bomba (Foto Facebook West Coast Fire & Rescue).
ISABELA: El cuartel policíaco isabelino tuvo que ser desalojado el jueves, cuando se recibió a través del correo lo que aparentaba ser una bomba tipo “niple”, enviada en un sobre de manila.
Los agentes del Distrito de Isabela y de la Unidad de Explosivos de Aguadilla, investigan el incidente.
Según el narrativo de las autoridades, la agente Melissa Escalera Acosta, adscrita a ese cuartel, recibió una notificación para que pasara a recoger un paquete a la Oficina Postal de Isabela. Cuando lo abrió, halló “unos objetos extraños en su interior”, por lo que acudió de inmediato al cuartel, alertando sobre la situación.
De inmediato se activó el protocolo de seguridad en casos relacionados con explosivos.
Se informó que al lugar llegó el agente Christian Avilés Acosta, de Explosivos de Aguadilla, quien se hizo cargo de la investigación. Por su parte, el agente Félix Meléndez Ramos, técnico de la Unidad de Explosivos de Arecibo, verificó el paquete, identificando dos niples verdes y un “porta” magazine, a los que le fueron tomados Rayos X.
Se observaron dos binoculares partidos por la mitad para simular bombas “niple”, y se siguió el proceso para desactivar.
LA CALLE Digital supo que el caso pasará a manos del FBI, por el uso del Servicio Postal de los Estados Unidos para enviar el paquete. Mientras, que se tienen sospechas de un militar que recientemente amenazó a los policías de ese cuartel.
Por otro lado, resultaron ser falsas las llamadas hechas sobre supuestas colocaciones de bombas en la Plaza Pública de Aguada, el coliseo Ismael “Chavalillo” Delgado y en el cuartel de la Policía de Aguada.
Trascendió que se recibieron llamadas al Sistema de Emergencia 9-1-1, así como al cuartel local, indicando sobre la colocación de bombas en esos lugares.
La sargento Maribel Echevarría, supervisora del turno en el cuartel, y el agente Edgar Ruiz, llevaron a cabo una inspección ocular por el interior y los alrededores del edificio; junto al agente Carlos Tirado, de la Unidad de Explosivos, encontrando todo en completo orden.
Agentes del cuartel aguadeño investigan la procedencia de las llamadas fatulas. No obstante, se encontraban a la expectativa de que se pudiera suscitar otro incidente en las actividades del Descubrimiento de Puerto Rico.
