Es peligrosa pieza legislativa aprobada por asambleistas

Si bien es cierto que los avances tecnológicos ameritan que haya algún tipo de «freno»  para que no puedan ser mal utilizados, también es importante que tal control se ejerza sin violentar derechos constitucionales. En el caso de la legislatura municipal de Mayagüez, dominada por el Partido Popular Democrático, tiene méritos la preocupación de que elementos antisociales utilicen la poderosa herramienta que es la Internet, para propalar información falsa que perjudique el buen nombre de figuras públicas y de ciudadanos particulares ajenos a ese tipo de controversias.

Sin embargo, de surgir información que denigre a funcionarios y sus familiares, existen los mecanismos investigativos para atender querellas en el foro local y federal. Incluso, los mismos servidores como Facebook, Twiter y otros, tienen los recursos para erradicar del espacio cibernético a personas que representan un riesgo para la sociedad, ya sean  depredadores sexuales, hurtadores de identidad o individuos que crean problemas de índole legal.

Por eso, la medida de la honorable Legislatura Municipal de Mayagüez, es «peligrosa» desde el punto de vista que pretenda coartar el derecho de la oposición a criticar las actuaciones del incumbente y los funcionarios de su administración. No vemos impedimento alguno que el gobierno municipal de Mayagüez y de cualquiera otro pueblo de la isla, disponga de personal adiestrado para mantenerse al tanto de lo que piensa la gente sobre sus funcionarios y el trabajo que realizan.

Lo que no puede ser legítimo es utilizar personal pagado con fondos públicos para perseguir a políticos adversarios, so pretexto, de salvaguardar los mejores intereses del municipio, empleados y funcionarios.

Nuestra sugerencia a los legisladores municipales de Mayagüez, particularmente a los de la mayoría, es que dejen esta medida sobre la mesa hasta escuchar a especialistas en asuntos relacionados con las redes sociales, Internet y su impacto en el mundo moderno. No creo que lo hayan hecho de mala fe, pero nunca es saludable legislar en moment0s de presión o molestias. Entonces diríamos, » que el remedio es peor que la enfermedad».