En el Oeste… WKJB y WPRA de pie ante la tragedia

710 y 990 fachada wm

Por: Julio Víctor Ramírez, hijo

MAYAGÜEZ: Mientras otras radioemisoras, incluyendo cadenas, dejaron de transmitir porque el azote del huracán María derribó sus torres o inundó sus estudios, dos emisoras de radio, sinónimo de la Sultana del Oeste, WKJB 710 y WPRA 990, se mantuvieron de pie convirtiéndose literalmente en la compañía de miles de residentes de la parte occidental de Puerto Rico, que se quedaron sin medios para mantenerse informados.

La televisión, el Internet, los celulares y las demás emisoras de radio colapsaron en la región, con muy pocas excepciones, como WUNA (Aguadilla), WSOL (San Germán), Radio Antillas (Guayanilla) y WAPA Radio (en el 1300, en lo que fue WTIL).

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WKJB 710 y WPRA 990 transmitieron su señal a pesar de la fuerza de los vientos.

El compromiso de su personal, encabezado por el licenciado Dennis Bechara, Antonio Bechara y su gerente general Ada Ramos, a los que se unieron profesionales de las comunicaciones y miembros de la comunidad, fortaleció el esfuerzo que se ha extendido por días, hasta la fecha en que se publica esta nota (28 de septiembre de 2017).

Durante la mañana, la tarde, la noche y la madrugada diferentes equipos, compuestos por reconocidos periodistas, comunicadores, productores radales, médicos, profesores universitarios y representación de otros sectores de la comunidad se unieron para informar, entretener, aconsejar a las miles de personas que llegaron a las emisoras o se comunicaron por teléfono, en el caso de aquellos que todavía contaban con las líneas análogas, que no dejaron de funcionar.

Gente preocupada por dejarle saber a sus seres queridos que estaba bien, con su voz ahogada en llanto, se sentó frente a los micrófonos de ambas emisoras, que en momentos se encadenaron y en otros transmitieron por separado. Fueron cientos las personas que desfilaron por los estudios.

Políticos que dejaron a un lado sus diferencias y pusieron al pueblo primero.

Alcaldes vieron la necesidad de mantenerse en comunicación con su gente a través de la radio, así como jefes de agencias a nivel regional, ejecutivos de instituciones universitarias, comerciantes, dirigentes de organizaciones sin fines de lucro, entre otros.

Fue el refugio y el foro de periodistas, que ante el colapso de las comunicaciones, optaron por compartir su talento y su trabajo, por lo que vale destacar el trabajo de todos esos compañeros.

Todos aprendimos la lección de no ser tan dependientes de la tecnología. Nos vimos sin celular y sin Internet, desconectados del resto de la isla y del mundo, pero unidos como comunidad.

Felicitaciones a todos los que de una forma u otra contribuyeron a esa gran cobertura.