Muere en Hormigueros, Tito, el famoso gato burgués

(Foto Revista La Calle)

(Foto Revista La Calle)

HORMIGUEROS:  Aunque el refrán pueblerino asegura que los gatos tienen 7 vidas, a Tito, el famoso felino burgués de la familia González Rivera de Hormigueros, solo le bastó una vida para disfrutar a plenitud  del trato y el cariño sus amos Salvador y Margarita, quienes lo adoptaron el 8 de mayo de 1996, un  mes después que el matrimonio perdiera  a su gata «Tita».

Tito, que el próximo 9 de mayo habría de cumplir 18 años, murió este lunes a eso de las 2:00 de tarde. Su amo Salvi González, indicó a Revista La Calle, que su querido Tito, falleció de causas naturales. Durante la tarde y la noche de hoy se  estará llevando a cabo un velatorio en el hogar de los esposos González, para rendirle tributo al animalito que siempre trataron como a un hijo.

El famoso gato Tito, a quien sus amos le celebraron el segundo cumpleaños en el  1998, recibió el honor de ser obsequiado con una fiesta a todo lujo en el Centro de Convenciones Bobby Cruz de Hormigueros, actividad a la que asistieron unos 300 invitados de toda la región oeste. El evento fue reseñado en un diario de circulación general bajo la firma del periodista Maelo Vargas Saavedra.

Pocos gatos en el mundo, a no ser los que gozan de privilegios especiales  en el mundo de la aristocracia o el cine, han sido tan queridos y  respetados como «Tito, el famoso gato burgués de Hormigueros».

Tuvimos oportunidad de examinar el lugar donde Tito pasaba sus mejores días en el hogar de la familia González Rivera.  No se trataba de una jaula cualquiera; para Tito,  el trato era uno «VIP». Habitación equipada con una  cama, aire acondicionado, televisor, juguetes para sus gustos, alimentación de primera y si algo faltaba, un teléfono color crema  para sus «comunicaciones» privadas.

Tito, descansará a partir de este martes, en el panteón de sus amos en el camposanto de Hormigueros.  Sus restos se hallan en un pequeño féretro  construido de madera de color caoba. Tito, gato burgués, se ha marchado para siempre, pero las lágrimas de sus amos y vecinos patentizan cuánto lo quisieron.