En conteo regresivo presentación de la Banda Colegial en el Torneo de las Rosas de Pasadena, California

Por: Gilberto Ramos Granell

gramosgranell@gmail.com

No habían terminado bien las efemérides en la tarde del día de Navidad, cuando más de un centenar de jóvenes pertenecientes a la Banda Colegial del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) comenzaban a abordar los vehículos que los llevarían al aeropuerto de San Juan en su larga ruta a Pasadena, California. Atrás quedaban todos los esfuerzos, entrenamientos, ventas, tocar puertas para solicitar ayudas económicas, de cara a la invitación recibida del Comité de la Parada de Las Rosas que se celebra en Pasadena, California.

El Desfile del Torneo de las Rosas (Tournament of Roses Parade, en inglés) se realizó por primera vez el día 1 de enero de 1890 en Pasadena, a 13 kilómetros del norte del Centro de Los Ángeles. Es el desfile anual más popular de los Estados Unidos, que se celebra cada día de Año Nuevo, excepto cuando el año nuevo cae en domingo. Tradicionalmente, el desfile es retransmitido por varias cadenas de televisión locales, nacionales e internacionales, con millones de televidentes viendo las carrozas confeccionadas con rosas y la gente por la ruta.

Desde 1923, al finalizar el desfile se disputa el partido de fútbol americano universitario denominado Rose Bowl. Este próximo desfile será la celebración número 131 de la parada.

Para desfilar en este evento, se va por invitación. El proceso es muy riguroso. Para el desfile del 2020, de cerca de 160 bandas que sometieron documentación, consideraron 60 y finalmente invitaron a 16. Entre esas 16, está la nuestra, la Centenaria Banda Colegial. Cuando recibieron la invitación original a participar es este prestigioso evento anual, el actual director de la Banda Colegial, profesor Lester Pérez Flores, pensaba que era hasta una “broma” que le estaban jugando. Poco a poco se fueron dando cuenta que la solicitud era en serio. Tuvieron que enviar documentación escrita y fílmica en los cuales se hacía patente la calidad de ejecución de este grupo.

La Banda Colegial fue fundada en 1914 como una de corte militar. En 1968 pasó a formar parte del Decanato de Estudiantes del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas (CAAM) de Mayagüez. En 1981 se le añadieron las Abanderadas. Han sido sus directores su fundador, Juan Madera, Celso Torres, Ángel E. Morales (que la convirtió en una banda de fantasía, la cual es capaz de realizar maniobras sobre el terreno, además de ejecutar la música), Efrén Gregory; y desde 2016 el profesor Lester Pérez Flores. En la actualidad está compuesta por 167 estudiantes, los cuales además de la carga académica en cada una de sus facultades, tienen que ejercitarse los martes y jueves en el recinto. Para este compromiso han sacrificado por meses sus días libres, fines de semana y madrugadas, no importando las inclemencias del tiempo. Todo porque quieren hacer en Pasadena, lo que han hecho a través de toda su historia, un trabajo de excelencia.

El día primero de enero de 2020 por las calles de Pasadena desfilará un puñado de cerca de 160 hijos e hijas de esta patria, portando los colores blanco y verde del “Antes, Ahora y Siempre: Colegio”. Sobre sus hombros estará el orgullo de representar dignamente al Recinto y a nuestro país.

También tendrán sobre sus espaldas historias y representación de esfuerzos individuales que harán honor a los sacrificios que han hecho miles de puertorriqueños a través de las edades en diferentes campos. Cada uno de los componentes de la Banda Colegial tiene su propia historia. Desfilará representando personas, instituciones, familias, esfuerzos individuales, sacrificios que se amalgaman para juntos dar lo mejor de sí y continuar el legado de excelencia institucional de la Banda Colegial de Mayagüez.

Todos vamos a aplaudir el fugaz paso frente a las cámaras televisivas de los nuestros el próximo 1 de enero en Pasadena, California. Al aplaudir en ese día estaremos honrando el trabajo fuerte de estos jóvenes y de quienes la dirigen, con ello mandaremos un mensaje del que el trabajo fuerte y limpio es posible en bien del país. Al hacerlo nos estaremos aplaudiendo nosotros mismos, representados por una nueva generación boricua que tiene un compromiso con hacer lo correcto, aunque esté en la luna.

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Volvió a sonar el «Pito de La India»

Cervecera de Puerto Rico (antigua Cervecería India) en Mayagüez (Archivo).

Cervecera de Puerto Rico (antigua Cervecería India) en Mayagüez (Archivo).

Por: Gilberto Ramos Granell

Era la mañana del lunes 12 de junio de 2017, sobre el oeste borincano se asomaban los primeros rayos de sol matutino. Poco a poco se levantaban los montes y despertaba el pueblo. Hacía unos días que había comenzado el bullicio mañanero en la universidad que ahora le llaman RUM (Recinto Universitario de Mayagüez). Pero para los que somos mayagüezanos hasta el tuétano, se nos antoja seguirle llamando COLEGIO.

La sorpresa que nos deparaba el día sería emocionante. A eso de las 7:00 de la mañana, un alarido surcó los aires mañaneros soñolientos mayagüezanos, era el famoso «Pito de La India»: mañanero, claro y añorado. Este indicaba que comenzaba un día de labor en la Cervecería India de Mayagüez, ahora Cervecera de Puerto Rico. Hacía más de una década que no escuchábamos ese sonido en nuestro pueblo.

Esta compañía fue fundada por los hermanos Valdés Cobián (Alfonso, Ramón y Sabino) en 1937. Es un ícono en nuestro pueblo. No solo eso, sino que ha sido una fuente de empleo (directos e indirectos) para miles de personas, promotora de la cultura y el deporte. Se cuenta que sus empleados suelen durar mucho tiempo trabajando allí. Por decir que tuvo un maestro cervecero mayagüezano desde 1944 hasta su jubilación en 2001, Carlos Latoni Idionet (el famoso Don Lato).

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En los días en que no había celulares e Internet, se sonaba el «pito» que llamaba a los obreros a sus faenas diarias. Esto es aire comprimido que sale de las calderas y que se suena por unos 15 segundos. Era un anuncio que se escuchaba a kilómetros a la redonda y era una clarinada para todos los que podían captarlo; comenzaba un nuevo día de trabajo, «hay que echar el cuerpo al agua para buscar la papa diaria».

Para los Colegiales de muchas décadas, el sonido del «pito» podía ser su reloj despertador y le recordaba si estaban temprano o tarde para sus clases. Para los que habían pasado una noche de juerga en las inmediaciones de la casa de estudio o los que se habían amanecido estudiando, era un suplicio. Tortura para algunos o acicate para avanzar a sacudirse la modorra y llegar al salón de clases para otros.

Tras la llegada de una nueva administración hace unos años, fueron muchas las cosas que cambiaron y entre ellas fue la eliminación del sonido del «Pito de La India». Por más de una década no lo escuchamos despertar al pueblo. Por eso cuando este lunes sonó a las 7:00 y 8:00 de la mañana, nos recordó que comenzaba un nuevo día, que era hora de levantarnos y continuar trabajando por nuestro pueblo. Se acababa la noche, era tiempo de despertar y moverse a la acción.

Puede que usted no esté de acuerdo con lo que ellos fabrican (cerveza y malta), pero la fuente de ingresos que representa para muchas familias, los empleos directos e indirectos, su mera presencia a través de más de 80 años es digno de celebrar. Se me ocurre pensar que el recomienzo del sonar del «Pito de La India» este pasado lunes 12 de junio de 2017, debería ser un símbolo para que este país recuerde que no todo está perdido, que podemos empezar de nuevo y si algunos nos han querido llevar por el despeñadero, hay una camada de personas que podemos y estamos dispuestos a trabajar duro para hacer de nuestro entorno un mejor lugar para vivir. No nos hundamos en una noche sin mañana. Recordemos que siempre que llueve escampa, que detrás de una noche vendrá la mañana y volverá a soñar el «Pito de La India», que nos invita a ser productivo.

Cuando gracias a la tecnología, y en el Aeropuerto La Aurora de la Ciudad de Guatemala volví a escuchar el sonido inconfundible del «Pito de La India» me emocione y pensé… una nueva América es posible, un nuevo país es posible, siempre es posible comenzar de nuevo. Las noches de fragor y lucha serán coronadas por nuevas mañanas y llamados a la lucha sin tregua por el bienestar de los nuestros.

Hay cosas que nos inspiran a seguir «adelante, siempre adelante» y el «Pito de La India» es una de ellas.