El peligro de las noticias falsas por Internet y las redes sociales

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Por: Ing. David Enrique Miró

Algún sociólogo boricua debiera investigar las razones para la avalancha de estas noticias falsas. Es obvio que Puerto Rico, que está bajo unas presiones económicas, sociales y políticas tremendas, quiere evadirlas, aunque sea momentáneamente, de la forma que lo ha hecho siempre: con la sátira, la burla.

Nuestros antepasados lo hacían con periódicos de una hoja hace 120 años (me acuerdo del pobre editor de «El Gato Flaco» en Vega Baja, al que la Guardia Civil ejecutó sumergiéndolo de cabeza en una letrina en los Compontes de 1887…), luego con las plenas y guarachas cómicas de los años entre los1930s hasta los 1950s.

Estas noticias satíricas funcionan como el chisme. Olvidemos por un momento la calidad o la veracidad de un chisme, de cualquier chisme. El acto de chismear y contar noticias lo hacemos los humanos desde los tiempos de los cavernícolas: nos hacía sentir parte de la tribu, nos hacía compartir información que era a veces indispensable para nuestra supervivencia.

A más amenaza, más chisme. En nuestros tiempos, estamos muy, muy expuestos a amenazas colectivas como país. No me extraña, entonces.

Ahora los «troleros» descubren estas páginas de generar contenido satírico -que datan de hace más de diez años- al tener ellos mismos más conocimiento de su disponibilidad en Internet y mejores destrezas para divulgar sus resultados.

El acceso fácil a las redes sociales, y -por qué no decirlo- la falta de habilidad de la mayoría de la gente para distinguir contenido adecuadamente redactado para los medios, así como tener el pensamiento crítico para reconocer una noticia falsa cuando se lee, hace que este contenido satírico, y potencialmente libeloso, se riegue como la pólvora en cuestión de minutos.

Parar las sátiras que caen en lo libeloso depende de varios factores. Alguien tiene que detectar de dónde sale la noticia, qué página la originó, quién la subió y la empezó a regar, y con qué propósito.

Obviamente hay que ver si a la página la gobiernan términos y condiciones que se hayan violado… digo, si el servicio tan siquiera las tiene. Con eso en la mano, se puede rogar al proveedor de servicios de Internet en cuyos servidores se preparó la sátira, y pedirle que lo baje. Y eso es confiándose que el país donde está el proveedor tenga leyes debidamente ejecutadas para prevenir y castigar el libelo cibernético. Buena suerte con eso.

Pero todo apunta a una colección de prácticas que se está popularizando en Internet… que tampoco son nuevas, pero que ahora tienen más auge que nunca. Yo las mencioné en diciembre en una charla que hice entre la colección de conferencias de TEDxUPRM que hicimos en el Recinto Universitario de Mayagüez.

El uso de elementos como el «clickbaiting», el «Astroturfing,» las noticias hechas a la medida y por paga llamadas eufemísticamente «native advertisement», y otras prácticas de creación de contenido donde la línea entre la realidad y la ficción, o la línea entre la veracidad y la propaganda se borra… Vivimos tiempos donde millones de personas están aceptando todo lo que les llega a sus ojos y oídos sin cuestionarse… Y lo pasan para adelante.

Eso es una pesadilla social de dimensiones mundiales que no habrá forma de contener hasta que la propia gente aprenda a cernir el grano de la paja… Y como decía el político estadounidense Adlai Stevenson, no publiquen la paja…

El ingeniero David Enrique Miró es un prominente ingeniero de computadoras, graduado del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. Es pionero en el uso del Internet para fines informativos en Puerto Rico desde mediados de la década de 1990.