REGRESO: UN SUEÑO TRANSFORMADO EN PESADILLA

Departure LoungeRegresar a la isla de donde una vez partieron  hacia diferentes lugares de  la nación norteamericana para ir en búsqueda de mejores oportunidades económicas, era el sueño añorado de muchos puertorriqueños, quienes luego de retirarse de sus diferentes oficios y profesiones decidieron volver a residir junto a familiares o adquirir nuevas viviendas en Puerto Rico, incluyendo al Area Oeste.

Por años, decenas de estos compatriotas creyeron haber tomado la mejor decisión. Regresar al lar nativo equivalía a rememorar los días de la juventud y la niñez, aparte de disfrutar de nuestras bellezas naturales y de las bondades que prodiga la Naturaleza.

Respaldados por la supuesta tranquilidad personal que otorga una pensión mensual. particularmente el Seguro Social, hermanos de la llamada » edad de oro», vieron en su tierra natal  el  el paraíso adecuado para disfrutar sus días de vejez.

Hoy, y según  lo corrobora un importante artículo de la agencia de noticias Associated Press (AP), ese cuadro de aspiraciones positivas del pasado, se ha transformado en una dolorosa pesadilla para los hermanos de la tercera  edad.

Comenzando por su Seguro Social, los compatriotas que optaron por regresar a su isla, ya no reciben la misma cantidad de dinero que les llegaba cuando vivían en los diferentes estados. Una vez pusieron un pie en el territorio local, perdieron el derecho a recibir el Suplementario del SS. Esto, y a pesar de ser tan ciudadanos americanos como los que residen en Nueva York, Florida, Texas, Ohio y demás estados de la nación norteamericana.

Para colmo de penurias, siendo el mismo cuadro de privaciones para la restante población de ancianos en la llamada «Isla del Encanto», estos  deben pagar los servicios de agua y luz más caros en los Estados Unidos y los precios más altos de los alimentos y otros artículos de consumo.

El importante escrito de AP, cita nombres de residentes del litoral oeste, que tras regresar a Puerto Rico se muestran arrepentidos de la decisión tomada y se preparan para retornar, tal vez para siempre a los lugares que una vez los acogieron. A miles de estos ciudadanos, y no obstante recibir una pensión mensual, apenas les sobra algún dinero para adquirir sus alimentos y medicinas.  ­¡ Qué lástima, que nuestros adultos mayores deban abandonar la que es su casa por derecho propio!