«A ciegas» Servicio Nacional de Meteorología en la temporada de huracanes

El Servicio Nacional de Meteorología ha estado confrontando problemas (Archivo).

El Servicio Nacional de Meteorología ha estado confrontando problemas (Archivo).

Por: Joel Lago Román, de SQUARE MULTIMEDIA

El Servicio Nacional de Meteorología (SNM) en San Juan se encuentra trabajando parcialmente a ciegas, esto luego de que el radar Doppler primario de ese organismo federal quedara incomunicado gracias a una aparente avería ocurrida desde el pasado martes.

Según el boletín colgado en el sitio electrónico del SNM, “los problemas de comunicaciones por línea con el radar continúan, por lo que hasta el momento no contamos con imágenes de radar. La compañía de telefonía local (Claro) ya fue notificada y continuará trabajando con el asunto hoy.  El tiempo de recuperación aún sigue siendo incierto”, reza el escueto comunicado en el que lamentan los inconvenientes por la situación.

La situación se agrava ya que el llamado “Terminal Doppler Radar” -un radar de baja altitud localizado en Punta Salinas, Toa Baja- tampoco está funcionando. Este radar, a diferencia del de Cayey, se utiliza para dar apoyo a las operaciones aéreas de San Juan y cuando falla el WSR-88D de Cayey, tiene capacidad de ampliar su rango de cobertura para cubrir parte de la zona que normalmente cubriría radar que ubica en Guavate.

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Al momento, el SNM depende casi exclusivamente de observaciones satelitales que solo ayudan a identificar áreas de nubosidad pero no precipitación. Además de esto, se puede acceder a las imágenes de los radares de la agencia francesa Meteo-France, localizados en las islas de Guadalupe y Martinica.  El alcance de estos es limitado y solo llegan a la Isla de Santa Cruz, en las Islas Vírgenes.

Otro radar que no está operacional desde hace ya varios años, es el de la Oficina Nacional de Meteorología de la República Dominicana. Este radar funcionaba desde la zona de Punta Cana y alcanzaba buena parte de Puerto Rico.

Los problemas con el radar Doppler no son nuevos para el SNM, ya que en el pasado, el organismo ha tenido que operar a ciegas debido a fallas en comunicaciones, fallas en telemetría o en los sistemas de generación eléctrica del equipo, cuya operación está a cargo de la Administración Federal de Aviación. Una de las fallas más notables ocurrió en agosto de 2011, en pleno azote de la tormenta Irene, cuando un fallo en el sistema eléctrico, dejó inoperante al radar.

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Además de esto, otro problema que enfrenta el SNM es la falta de mantenimiento en la red de pluviómetros y sensores operados por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, en inglés), que abandonó parte de la infraestructura en junio, luego de que la Junta de Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD) decidiera no continuar con un acuerdo cooperativo entre las agencias.

Como consecuencia, un total de 43 pluviómetros fueron eliminados de la red del USGS, según reconoció Rafael William. Rodríguez, director del USGS para la región de la Florida y el Caribe.

Rodríguez admitió en un escrito que de los 43 pluviómetros eliminados, seis fueron reinstalados a petición de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados. De esta forma quedan unos 37 pluviómetros menos en la red de monitoreo de la Isla.

Para el SNM poder emitir las alertas a tiempo, depende en gran medida de los datos obtenidos mediante estos sensores, en conjunto con las observaciones de radar y de personal de emergencias, así como voluntarios. A pesar de la situación, el personal del organismo federal ha mantenido un nivel de operaciones constantes y hasta el momento han podido cumplir con emitir las alertas de emergencias.

El radar Doppler de Cayey recibió una mejora importante en 2013, cuando entró en funcionamiento la tecnología de “dual-pol” o polarización dual, que permite a los meteorólogos obtener más datos sobre la precipitación, lo que ayuda a mejorar sustancialmente la calidad de la imagen y la precisión de las lecturas, así como la detección de materia suspendida en el aire. A pesar de la mejora, los problemas de telemetría y comunicaciones, aún persisten.