Por: Iván Vargas Muñiz, líder obrero del Oeste y miembro de la UIA-AAA
Poco antes de iniciar su mandato, el gobernador Alejandro García Padilla nombró al licenciado Vance Thomas, como secretario del Departamento del Trabajo. Un nombramiento que les dio esperanzas a muchos trabajadores del país, ya que el mismo parecía ser una persona afín con la lucha obrera y con garantizar los derechos de los trabajadores. Sin embargo, la historia ha sido otra.
El puesto de secretario del Trabajo fue creado como una herramienta para dirimir distintos asuntos relacionados con los trabajadores, como son arbitraje, conciliación y mediación. Es el secretario el llamado a velar que no se violen los derechos de los trabajadores, así como velar porque se cumplan los acuerdos entre patronos y empleados.
Sin embargo, hace ya dos cuatrienios que esto cambió. Bajo la pasada administración, el exgobernador Fortuño nombró al licenciado Miguel Romero al puesto de secretario del Trabajo, quien poco tiempo después se convirtió en el portavoz de los despidos bajo la Ley 7 de Emergencia Fiscal. Defendió con vehemencia la congelación de convenios colectivos así como el despido de miles de empleados públicos.
Pero contrario a Miguel Romero y Vance Thomas, bajo Sila Calderón quien ocupó esa silla lo fue el licenciado Frank Zorrilla.
Recordaba yo en días pasados, que el licenciado Zorrilla se vio obligado a presentar su renuncia al cargo, porque defendía que los empleados a tiempo parcial tuvieran mayores beneficios, como lo son licencias por vacaciones y enfermedad, solo por mencionar algunos. Esta defensa le costó un regaño público de la gobernadora por atreverse a sugerir un leve aumento en la nómina de las megatiendas y de las cadenas de comidas rápidas, para beneficiar al trabajador. Poco después decidió que sus principios iban por encima de su trabajo y renunció.
Vance ha asumido una postura tal vez peor que la de Miguel Romero y ha iniciado una serie de sanciones injustas contra trabajadores del Departamento, que incluso, hasta los árbitros del Negociado de Conciliación y Arbitraje han sentido los efectos de dicha postura, ya que recientemente fueron suspendidos de empleo y sueldo por varios días.
Recordemos también el incidente donde líderes de la Unión Independiente de Empleados de Acueductos, se encadenaron frente a las instalaciones del Departamento y el propio secretario pretendía radicar un recurso legal para sacarlos de allí, en vez de ir al lugar a buscarle solución a la disputa obrero patronal que denunciaban los líderes obreros.
No cabe duda que su paso por el Departamento del Trabajo será uno con más penas que glorias, al menos para los trabajadores, quienes son los que han tenido que sufrir los embates de la ineptitud de Thomas al frente de dicha agencia.
Me atrevería a recomendar, que el puesto de secretario sea evaluado por un comité, donde patronos y trabajadores tengan representación en el mismo, para que el que sea recomendado por dicho comité tenga la obligación de actuar conforme a las facultades que le otorga la ley y que no sea otro lastre jurídico-laboral del gobernador de turno.