De esos fondos, que le paguen a los funcionarios de colegios

Nadie duda que es loable la decisión del Presidente del Senado, licenciado Thomas Rivera Schatz, para que los recursos que estaban asignados a la compra de equipos para el malogrado escrutinio electrónico, se destinen ahora a obras tan importantes como el Centro de Traumas en Mayagüez, el Hospital Oncológico y cualquiera otro compromiso que justifique la reasignación de dineros con carácter urgente. Sin embargo, no olvidemos que si ahora queremos exigirle a nuestros funcionarios de colegio el estricto cumplimiento de las leyes electorales, tal pedido tiene que ir acompañado de una remuneración para cubrir el trabajo que representa mantenerse atentos durante muchas horas a lo que suceda en cada colegio de votación.

A ningún funcionario que al presente, labora de forma voluntaria, se le debe exigir que permanezca desde la mañana hasta la noche atendiendo asuntos electorales por amor al partido que representa. Ocurrida cualquier falta o violación a las leyes, la Comisión Estatal de Elecciones no tiene fuerza moral para exigir responsabilidades a ciudadanos que de buena fe sirven al país en los comicios de cada 4 años.

En otras palabras, quien paga tiene derecho a exigir responsabilidad tanto en el plano civil como en el criminal. Entendemos, que parte de los millones de dólares que iban a ser utilizados para el frustrado escrutinio eléctronico sean reasignados al pago de todos los funcionarios de colegio que opten por trabajar en las elecciones de noviembre. Ese extipendio, no tributable, podría estar entre los cincuenta y $75  dólares para el día de la elección general.

Si luego de ese día el funcionario de colegio decide seguir colaborando con los procesos de recuento y escrutinio de votos, deberá firmar un documento, haciendo claro que lo hace de forma libre y voluntaria. Hay estados en la Nación norteamericana, donde las personas que colaboran sirviendo como funcionarios en colegios de votación reciben hasta $80 por día de labor. Puerto Rico no debe ser la excepción. Es bueno poner amor  y arte en el trabajo, pero nadie trabaja por amor al arte.