Gobernador, díganos cómo pueden estar bien las cosas…

Señor gobernador Fortuño, díganos cómo pueden estar bien las cosas en la llamada «Isla del Encanto», cuando miles de padres de familia tienen que recurrir a las ayudas sociales porque no logran conseguir una oportunidad de empleo en   ningún lugar y el gobierno les pone todo tipo de obstáculos para que establezcan pequeños negocios.

Señor gobernador Fortuño, cómo pueden estar bien las cosas en Puerto Rico, cuando mensualmente debemos pagar las facturas de agua y luz más altas de todos los tiempos y el estado siempre utiliza de excusa el precio del petróleo en el mercado internacional para aplicarle a los consumidores el notorio «ajuste por combustible».

Pero esto no termina aquí, señor gobernador, cómo es posible que todos los miembros de una misma familia tengan puestos de trabajo en el gobierno mientras hay miles de puertorriqueños cualificados, esperando que se les llame a laborar. Si tiene dudas, revise las plantillas de trabajo en el gobierno central, los municipios, la Legislatura y las agencias. Ciudadano que no forma parte de la «piña» gubernamental  jamás  logrará una oportunidad en la actual administración.

Gobernador, usted tiene la mejor buena fe para dirigir a 4 millones de compatriotas; pero con buena fe nada más no se puede hacer la compra en el supermercado, pagar la casa, llevar a la familia al médico y  atender el pago de  todos los compromisos y que nos queden unos dólares para adquirir la gasolina con el precio más alto de la década.

Gobernador Fortuño, concurrimos con su buena voluntad de que los puertorriqueños vivamos en un país más seguro y tranquilo. Sin embargo, eso no se puede lograr sin que revisemos nuestra lista de valores y le devolvamos a los padres y maestros el respeto merecido. Más policías en las calles son necesarios; mejores patrullas son bienvenidas, pero a esto  añádale, miembros de la Fuerza bien pagados y motivados. Comience usted, como jefe máximo de la Policía estatal, ordenando que los oficiales de  barras y estrellas acompañen a sus agentes en el trabajo de vigilancia preventiva. Y sobre todo, designe a un Superintendente que proceda de la misma Uniformada.

Señor Luis Fortuño, si usted aspira a revalidar como gobernador de esta isla, la clave para lograrlo es una bien sencilla: JAMAS PROMETA LO QUE NO VA A CUMPLIR.