Si bien es cierto que la Policía tiene la responsabilidad de llevar a cabo un trabajo preventivo para evitar accidentes graves y la comisión de otros delitos, tal disposición de ley no faculta para que un miembro de la Fuerza persiga a un conductor sin que medien motivos aparentes o porque la persona al volante es una de mayor edad. Este periodista se disponía a regresar a Hormigueros hoy Viernes Santo, a eso de las 5:00 de la tarde, cuando detectó que era seguido por un vehículo color gris de los utilizados por la División de Tránsito en el Area de Mayagüez.
Consciente de no estar infringiendo ley alguna, el suscribiente mantuvo el auto a la velocidad que indica la rotulación, procediendo incluso, a revisar si había alguna luz de señales fundida. Todo estaba perfectamente bien, pero el patrullero insistió en seguirnos hasta salir del puente de la vía 330 intersección con la estatal número 2. En circunstancias normales, cualquier otro conductor se hubiese sentido nervioso y hostigado.
En mi caso, yo estaba preparado para detener la marcha si el uniformado lo ordenaba. Al final, y aparentemente cansado de nuestro exceso de cumplimiento de la ley de tránsito, el patrullero procedió a estacionar la patrulla en el paseo de la via 2, en ruta de este a oeste.
Segundos después y como por arte de magia, el mismo patrullero salió en persecución de los ocupantes de un carro pequeño color azul que transitaba hacia Hormigueros. Sin intención de parcializarme con ninguna de las partes, ahora llego a pensar que el mencionado agente tenía la intención de «pescar» a alguien para completar su cuota diaria de boletos.
Desconozco si el policía consiguió detener al chófer objeto de la persecución; no obstante no había motivo alguno para que el uniformado pusiera en riesgo su vida y la de otros ciudadanos, haciendo un viraje súbito a la derecha, provocando que el carro patrulla quedara cruzado. Eso ocurrió a la entrada del barrio Lavadero de Hormigueros. Señor policía, la vigilancia preventiva es parte de sus funciones como agente del orden público, sinembargo, el abuso contra la ciudadanía no se puede tolerar.
