Patrullero que pide la renuncia al Super de la Policía enfrentará sanciones administrativas

Una vez se le identifique fuera de toda duda razonable, el patrullero que ayer miércoles utilizó el altavoz del auto oficial para exigirle la renuncia al Superintendente de la Uniformada, Emilio Díaz Colón, podría enfrentar serias sanciones administrativas, incluyendo, el cargo de insubordinación. El incidente se suscitó en momentos que el jefe la Policía visitaba la Funeraria Martell de Mayagüez, donde está siendo velado el sargento Abimael Castro Berrocales, asesinado por un conductor a quien detuvo por violar la Ley de Tránsito.

En una clara demostración de la frustración que impera dentro de la Uniformada, el patrullero quien  manejaba un auto oficial, procedió a utilizar el sistema de comunicación interna del vehiculo para pedirle al superintendente «que renuncie». El grito fue escuchado por miembros de la Prensa y el propio Díaz Colón, que dijo estar molesto con lo sucedido. Ayer se mencionó el apellido de un miembro de la Fuerza, que pudo haber efectuado la solicitud de renuncia al superintendente, pero el dato tendrá que ser corroborado.

Aunque se trató del uso legítimo de la Libertad de Expresión, el utilizar propiedad pública  en horas de servicio, habrá de acarrearle serias consecuencias al uniformado que llevó a cabo la protesta fugaz. No es la primera ocasión en que  miembros de la Policía utilizan el sistema de radio de ese  Cuerpo para hacer comentarios ajenos a su trabajo. Algunos radiooperadores ponen en riesgo la seguridad de ciudadanos que llaman a los cuarteles para alertar sobre actividad delictiva. Se les escucha ofrecer la identidad y dirección de los informantes.

Localmente se investiga, si la patrulla desde donde surgió el pedido de renuncia al super Díaz Colón, pertenece a uno de los distritos de la región de Mayagüez o a la División de Tránsito, donde laboraba el extinto sargento Castro Berrocales.

Hoy jueves tendrá lugar a partir del mediodía, el  sepelio del joven oficial de la Uniformada, que fue ultimado de 2 balazos, mientras trabajaba solo en la madrugada del primero  de enero. Aún las autoridades no han logrado la detención del hombre sospechoso de asesinar a este héroe de la seguridad pública en Puerto Rico.