[TRIBUNA LIBRE] “Rafael se fue y no hay nadie que pueda llenar sus zapatos en el partido”

Por: Lcdo. Alfredo Ocasio

Ya enterramos a Rafael. El polvo ahora se asienta y podemos ver con claridad. Conocí a Hernández Colón durante su último término en Fortaleza. Lo conocí de la mano de su hermano César, a quien me une una amistad entrañable. César me había invitado a la misa de celebración de los 90 años de su padre en la Iglesia de la Merced en Ponce. En aquella época yo vivía en Ponce. Había conocido a César litigando juntos un caso y de ahí surgió una amistad que perdura al presente.

Anterior a eso, Rafael Hernández Colón era un adversario político. Jamás un enemigo personal. Nunca coincidí con sus ideas sobre el status. Mucho menos coincidí con sus estilos de gobierno ni con su visión de la administración pública. A pesar de eso, a Rafael o Cuchin, sin acento en la “i”, como se le conocía entre sus familiares y amistades más cercanas, siempre le reconocí el estar dotado de una gran inteligencia, una gran capacidad de análisis y una habilidad innata de poder transmitir sus ideas y sus conocimientos.

Se habla de su legado. En términos de administración pública, le reconozco la ley de la Autonomía Municipal, el primer paso para abandonar el sistema colonial de municipios que nos dejó España. Oteando sus años de administración pública, no veo otro logro.

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Ahora, en términos políticos es otra cosa. Luego de la derrota del PPD en 1968, reorganizó su partido y lo llevó a su último gran triunfo electoral en 1972. Ganó la gobernación por 95,000 votos. Ganó 73 de los 78 municipios. Siete de los 8 distritos senatoriales y 34 de los 40 distritos representativos.

En 1976 pierde las elecciones y se retira. En su análisis comprende que el PPD sólo ya no puede ganar elecciones y pacta con el independentismo para que ayuden al PPD. De ahí surgió el meloneo, su regreso al liderato del PPD y el resto es historia.

Rafael Hernández Colón fue un gran líder político que supo ver la debilidad de su partido y desarrolló una estrategia para evitar su debacle y extenderle su vida política por al menos 40 años más. Ese es su legado. Si el PPD existe todavía, se lo debe a Rafael Hernández Colón.

Sin embargo, lo que hace 40 años fue una estrategia de salvación, hoy día es una fuerza centrífuga que tal parece estar encaminada a destruir lo que queda del partido de Muñoz.

Don Luis se fue y tuvo a Rafael para que le mantuviera vivo el partido. Rafael se fue y no hay nadie que pueda llenar sus zapatos en el partido. Nada dura para siempre.

Nota de redacción: El autor es abogado postulante en la práctica privada y analista político de la cadena radial Notiuno.