Uno de los tigres que forman parte de la población de animales del Zoológico (Fuente/Panoramio).
Por: Jacqueline Martínez
Cuando las emociones le ganan ventaja a la razón, el resultado suele ser un conflicto entre partes atrincheradas en posiciones opuestas y que son complicadas de resolver.
Este es el caso del Jardín Zoológico Dr. Juan A. Rivero de Mayagüez, donde las partes del debate no encuentran una solución aceptable para todos.
En derecho laboral se estudia cómo resolver opiniones opuestas que por lo general están cargadas de emociones y no son fácilmente resueltas. Podemos hacer buen uso de los expertos en arbitraje, pero claro está, sin dejar que políticos interfieran en el proceso.
El Zoológico está en el medio de una disputa que se debería resolver usando información objetiva y evitar la subjetividad que siempre está acompañada por factores emocionales. Esta iniciativa de arbitraje es la única solución lógica que podemos sugerir.
En la superficie están expuestos los puntos de ambas partes, del cual no encuentran un acuerdo razonable, pero todos ya entendemos qué hay muchas otras razones escondidas. Los temas principales son el factor económico, el bienestar de los animales en el Zoológico; la contribución educativa y cultural, y, por último, las regulaciones federales del Departamento de Agricultura y las restricciones de la Junta de Control Fiscal.
No es un ejercicio fácil el de satisfacer todas las partes, pero ha llegado el momento de enfrentar la realidad de forma definitiva y sobre todo sin que se caldeen las emociones. Es por esto por lo que proponemos evaluar toda la documentación incluyendo inspecciones, regulaciones federales y locales, toda la data veterinaria, visitas por entes no vinculados o parcializados con una respuesta y una auditoría independiente sobre el manejo fiscal y administrativo del Zoológico. El mediador usará toda esa información objetiva y pondrá en práctica los buenos oficios del arbitraje.
Como señalamos anteriormente, para obtener cambios y resultados positivos, tenemos que hacer un esfuerzo especial y no dejar que la política partidista sea el factor que interrumpa una solución.
“La diplomacia es el arte de prolongar un problema” —Henry Kissinger.
Llegó el momento de actuar y no prolongar esta disputa que no beneficia a nadie y pone en gran riesgo la salud y bienestar de los animales residentes del Zoológico.