Una campaña política sosa, incolora y carente de entusiasmo

MAYAGUEZ:  A solo cinco meses para que los electores puertorriqueños acudan a ejercer su derecho al voto, la isla vive una de las campañas políticas menos motivadoras  y sin sabor de años recientes. Muchas personas echan de menos la época en que los candidatos a cargos electivos eran recibidos como héroes en las plazas de los pueblos y en un sinnúmero de hogares flotaban las banderas de los diferentes partidos.

Aparentemente, el avance de los medios de comunicación, el acceso fácil a la Internet y el dominio de la televisión han contribuido en parte, a «deshumanizar» el concepto del candidato tradicional que iba de puerta en puerta recabando el respaldo del pueblo, al tiempo que se tomaba la tacita de café en un gesto de humildad y sencillez.

Para aquellos compatriotas que tuvieron la oportunidad de escuchar a tribunos como Luis Muñoz Marín, Gilberto Concepción de Gracia, Miguel Angel García Méndez, Ernesto Ramos Antonini, Pedro Albizu Campos y otros grandes de la oratoria, lo que tenemos en la actualidad en Puerto Rico, son políticos de barricada que no pueden presentarse ante el pueblo  sin un libreto prefabricado y una «claque» de individuos que los aplaudan como parte de la estrategia.

Por otro lado y sin menospreciar la buena fe de los candidatos actuales, la isla no tiene políticos con el carisma suficiente para ganarse la confianza de los electores. Quedaron en el pasado los días aquellos de Pedro Rosselló González y Rafael Hernández Colón, quienes se enfrentaron en procesos electorales que avivaron las pasiones del pueblo.

De allá hasta el presente, los candidatos a la gobernación adolecen del entusiasmo suficiente y la credibilidad para hacer que la gente se movilice a votar en noviembre próximo. En el caso particular del senador popular Alejandro García Padilla, es de vital importancia que mantenga un contacto más directo con la ciudadanía. Su «pelea» política con el actual gobernador Luis Fortuño, está más cerrada de lo que parece. En cuanto al licenciado Fortuño, si no honra la palabra de reducir el alza abusiva en las facturas del agua y la energía eléctrica, tendrá que irse despidiendo de La Fortaleza.