Cuando todo parece estar bien para un grupo pero mal para el pueblo

Si es usted de los agraciados a quien el Gobierno le reintegrará gran parte de la contribución declarada durante el pasado año fiscal y que además de eso disfruta de todos los privilegios inherentes a su cargo electivo, pues sencillamente, para usted y sus allegados la situación económica tiene que estar bien. Sin embargo, si hablamos de un asalariado al que apenas le sobran recursos para cumplir responsabilidades inmediatas, la situación para usted y los suyos sigue estando mal.

Si al igual que el gobernador Luis Fortuño y familia, los ingresos que usted  recibe le permiten enviar a sus hijos a las mejores instituciones educativas de los Estados Unidos y Europa,­¡albricias! su gentileza forma parte de una élite de sangre azul bendecida desde el vientre de su progenitora. No obstante, si es usted parte de la fila interminable de contribuyentes cuyos vástagos asisten a escuelas inseguras, calurosas, carentes de materiales didácticos y con los mismos pupitres incómodos de todos los tiempos, permítame compadecerle.

Pero esto no finaliza aquí. Si son ustedes, damas y caballeros, del sufrido grupo de personas que llevan varios años esperando que aparezca una oportunidad de trabajo para salir del atolladero económico donde se encuentran, solicítenle la fórmula mágica a Edwin Mundo, Félix Plaud y otros «empresarios» afectos al partido de gobierno, cuyos ingresos siguen subiendo como la espuma. Pregunte porqué esos individuos logran contratos en todos lados, mientras a usted y familia les niegan un día de trabajo en agencias y municipios.

Cuando todo parece estar bien para el grupo de allegados especiales al gobierno, nuestros compatriotas siguen pagando las tarifas más abusivas de la historia en las facturas de agua y energía eléctrica. A eso súmele el precio de la gasolina; inexplicable, abusivo, explotador y carente de lógica. Que si el Golfo, la refinería de Islas Vírgenes, los problemas en Irán, los chinos, los tornados y hasta la madre de los tomates, solo son excusas para seguir oprimiendo a los consumidores puertorriqueños. Mientras eso ocurre, el otrora secretario del DACO, se ha declarado «relacionista público» de los productores de petróleo.

Si usted, amigo político disfruta de las bienandanzas del «biberón» gubernamental, no le regateamos que siga diciendo que todo está bien. Si por el contrario, es su persona uno de los marginados cuyo sostenimiento depende  de las ayudas sociales que envía  » el tío Sam», que nadie lo recrimine por afirmar que «esto está mal y se pondrá peor».