Críe a un hijo delincuente y luego no culpe a la sociedad

MAYAGUEZ: Si bien es cierto que todos tenemos la responsabilidad de educar a los  niños partiendo de los valores que nos legaron nuestros padres, también debemos entender que la cuota mayor de esas obligaciones parte del hogar donde esos seres amados nacen, se desarrollan y llegan a la adultez para convertirse en ciudadanos útiles a la sociedad donde conviven.

Es tan solo una excusa cuando escuchamos a personas lanzar culpas sobre el gobierno aduciendo que el sistema mantiene leyes que le quitan la autoridad a los padres. En algunos casos eso pudiera ser cierto, pero en la mayoría de las oportunidades ningún tribunal puede sancionar a los padres por cumplir con su deber. Sin embargo, hay que definir entre castigo abusivo contra la integridad física del menor y la responsabilidad familiar de hacer que los hijos cumplan con principios de ética y moral.

En muchas ocasiones pensamos que los padres perfectos son aquellos que todo lo consienten y  se hacen de la vista larga  ante las quejas de maestros, policías, religiosos y demás miembros de la comunidad.

A continuación, todo lo que un papá no debe hacer para criar a hijos delincuentes

          1-Dele a su hij@ todo lo que pida y pensará que tiene derecho a obtener todo lo que desee.

            2-Ríase cuando su hij@ diga palabras obscenas o indecorosas; crecerá pensando que ser irrespetuoso resulta divertido.

       3  -Jamás reprenda a su hij@ por su mal comportamiento. Crecerá pensando que no existen reglas en la sociedad, salvo las suyas.

            4- Recoja usted todo lo que su hijo o hija desordene. Crecerá creyendo que otros deben hacerse cargo de sus responsabilidades.

              5-Permítale ver cualquier programa en la televisión. Crecerá creyendo que no existen diferencias entre ser niño y ser adulto.

             6-Dé a su hij@ todo el dinero que pida. Crecerá pensando que obtener dinero es asunto fácil y no dudará en robarlo para conseguirlo.

                7-Póngase siempre de parte de él o de ella contra vecinos, maestros y policías. Creerá que lo que hace siempre está bien y es el resto de la gente los que están mal.  Permitiendo a su hijo o hija, ese tipo de conducta, estará usted contribuyendo a aportar  la semilla improductiva de la deserción escolar y la delincuencia.