El político triunfó pero los lechones nunca llegaron

Había una vez, un conocido político rojiblanco, que aspiraba a la reelección  por su  colectividad. Individuo simpático y buena gente, recorrió toda la isla buscando respaldo para sus legítimas aspiraciones, aparte de lograr el compromiso electoral de gente de todos los partidos. Hospitalarios como son, vecinos de la región oeste abrieron las puertas de sus hogares para recibir a tan distinguida figura de la política borincana.

Incluso, se corrió la voz sobre la visita del flamante candidato a senador, quien no tuvo reparos de tomarse fotos con un grupo de simpatizantes invitados a un compartir en el hogar de un deportista del litoral suroeste.

Como es natural en estas ocasiones, no pudieron faltar los discursos, los ofrecimientos y sobre todo, la palabra empeñada por el respetado líder político.  Entre «pepsis»  y picadera, transcurrió la visita al lugar donde habían alrededor de 50 personas de diversas corrientes partidistas.

» Si  usted resulta electo, tiene una invitación para que nos volvamos a reunir en esta misma casa», apuntó el ciudadano a cargo del sencillo encuentro. Luego de estrechones de manos, algunos de los presentes expresaron  la disponibilidad de aportar a la celebración.

Incluso, alguien se apuntó para llevar dos lechones asados a la fiesta, sin faltar el arroz con gandules, la ensalada y la «cervecita».  » Por los lechones no se preocupen, esos los pongo yo», indicó el político en tono entusiasta, mientras los aplausos no se hicieron esperar.

Ocho meses después de efectuados los comicios y de  lograr cuatro años más en   la Legislatura, el político no ha vuelto a comunicarse con las personas que tan amablemente lo recibieron en esta parte de la isla. » Si no quiere o no puede aportar los lechones que prometió, que no lo haga, pero que no nos ignore», señaló un ciudadano en llamada a la Calle Digital.

Trascendió además, que durante una visita reciente al Capitolio para dialogar con el político de alto rango, éste se negó a recibir al portavoz del grupo que lo atendiera en su visita al Oeste. De alguien sentirse aludido por este escrito, lo sentimos; el pueblo no tolera el engaño.