Noventicuatro años después del Terremoto de San Fermín

MAYAGUEZ: Casi un siglo ha transcurrido desde la terrible experiencia vivida por los habitantes de la isla, cuando un terremoto de gran magnitud estremeció al país dejando pérdidas de vidas, la caída de estructuras y  enormes daños materiales en lugares a lo largo de la región oeste. En el caso particular de la Sultana del Oeste, el mar arropó las calles y sectores de la ciudad con olas que llegaron hasta el casco urbano. En la montaña, vecinos del Poblado Rosario de San Germán vieron desplomarse el edificio de la Iglesia Católica al igual que varias residencias del lugar.

Los rosareños debieron lamentar la muerte de uno de los habitantes y el caso de una menor que resultó herida de cuidado.  Como dato curioso, el sismo recibió el nombre de «Terremoto de San Fermín» por haber ocurrido el día de dicho santo.  Desde el 11 de octubre de 1918, la isla no ha vuelto a ser estremecida por temblores de magnitud catastrófica, salvo los frecuentes remezones que han provocado daños menores y la consabida preocupación de la ciudadanía.

Ante ese cuadro poco conocido para la nueva generación, el Gobierno se prepara con todos sus recursos técnicos y de orientación para que el pueblo esté debidamente preparado para enfrentar una emergencia de esa naturaleza ya que los temblores de tierra no avisan, como en el caso de los huracanes cuya trayectoria se puede seguir minuto a minuto.

A continución, La Calle Digital les sugiere qué hacer frente a la eventualidad de un sismo que pudiera ocurrir en el momento inesperado:

     1-En primer lugar, conserve la calma.

     2-Protéjase. Proceda a agacharse, sujetarse y cubrirse del posible impacto de objetos.

     3-Por favor, no corra.

    4-Si está en el interior de un edificio, manténgase debajo o cerca de un mueble.

    5- Aléjese de árboles, edificios, ventanas de cristal, postes o líneas eléctricas.

    6-Durante la emergencia, y después, no utilice ascensores o escaleras.

    7-Si está en la carretera, detenga la marcha del auto y quédese fuera de la via de rodaje.

Tenga siempre presente, que es mejor precaver que tener que remediar. Tenga siempre un celular a mano pero no  cargue las líneas con llamadas innecesarias. Siga al pie de la letra las instrucciones de los rescatistas y unidades de emergencia. Sobre todo, que Dios le proteja a usted y los suyos.