LAJAS: Como el teniente Carlos H. Cruz Martínez, comandante interino del cuartel policíaco de Añasco, fue identificado preliminarmente el oficial de la Policía que asesinó a su pareja y luego se quitó la vida, en hechos ocurridos en esta municipalidad del suroeste.
Se dijo que el trágico incidente, ocurrido en medio de un supuesto arrebato de celos, se registró a las 6:55 de la noche, en la comunidad Tito Alvarado, en el sector La Haya de Lajas.
Se alega que Cruz Martínez, de 52 años, quien el pasado domingo, 1 de julio, celebró 32 años en la Policía de Puerto Rico, llegó a la residencia de su pareja Milagros Ivette Ortiz Alvarado, de 40, donde de inmediato desenfundó su arma de reglamento, matándola y luego se disparó en la cabeza.
La mujer fue alcanzado por los proyectiles en el rostro y el abdomen.
Los hechos ocurrieron en presencia de una niña de 2 añitos, hija de la pareja, que fue rescatada por una tía de la víctima.
En su página en la red social de Facebook, el teniente Cruz Martínez publicaba numerosas fotos con Milagros, lo que daba la impresión de que formaban una pareja estable y feliz. Por lo que el trágico suceso sorprendió a amigos y conocidos.
Hace años, el teniente Cruz Martínez estuvo asignado a la División de Drogas de Mayagüez, y fue separado por varios años de la Uniformada, al vinculársele cuando una situación que no fue detallada, pero por la que fue exonerado y luego restituido como policía.
“El día de hoy, hacen 32 años decidí ingresar al honorable cuerpo de la Policía de Puerto Rico. Sé que no ha sido fácil. He cometido errores y horrores, que sólo me sirvieron de experiencia. Juré proteger vidas y propiedades y sé que en este momento la Policía de Puerto Rico está decayendo de moral y recursos. Sólo le pido a Dios que me dé salud, sabiduría y valentía para terminar mi vida profesional en la Policía de Puerto Rico, la mejor del mundo”, escribió Cruz Martínez en su cuenta de Facebook este pasado domingo, sin que nadie sospechara que dos días después ocurriría esta tragedia.
El caso está en manos del sargento Julio Matos Gotay y del agente José L. Acevedo Olivencia, de la División de Homicidios de Mayagüez. La fiscal Rosa Acevedo ordenó el levantamiento de los cadáveres.