JCA confirma querella contra Santuario de Hormigueros

HORMIGUEROS:  En declaraciones para la agencia de noticias «Cybernews», el Director Regional de la Junta de Calidad Ambiental, señor Harold González, confirmó que desde el 12 de mayo del 2010, hay una querella radicada contra el Santuario de la Monserrate en este pueblo, por alegada «contaminación por sonido», pero rechazó que dicha querella se extienda al repique de campanas en la histórica Basílica Menor.

El funcionario admitió que la denuncia fue hecha por un ciudadano quien alegaba que el alto volumen de los altavoces instalados en el templo católico, afectaba su tranquilidad, particularmente, durante la celebración de las misas sábado en la noche. No obstante, desde la JCA declinaron identificar al querellante.

La Calle Digital advino a conocimiento de la situación, luego de que varios residentes de Hormigueros, se expresaran  preocupados ante la posibilidad de que Calidad Ambiental vuelva a intervenir con el Párroco de la Basílica Menor, Monseñor Gonzalo Hernández, ahora que se acercan las festividades religiosas en honor a la Patrona, Virgen de la Monserrate.

A pesar de que la JCA niega haber amenazado a al Monseñor Gonzalo Hernández con una multa de hasta $50 mil, si continuaba utilizando los altavoces de la Basílica o haciendo sonar las campanas, mucha gente extraña  el sonido característico que anunciaba las misas u otras festividades en el templo edificado hace más de 4 siglos.

Si bien han transcurrido casi 3 años desde la fecha en que fuera incoada la querella contra el Santuario de Hormigueros, ningún funcionario de la Junta de Calidad de Ambiental ha regresado para constatar que la  Basílica está  en cumplimiento con la ley que regula hasta un máximo de 64 el nivel de «decibeles» para altavoces o equipos de sonido. Ahora, solo se espera que las campanas de la Basílica Menor de la Monserrate, vuelvan a repicar, sin que el párroco de la misma, enfrente el riesgo de ser multado.

Censo Federal confirma cada día somos menos en la isla

Si para algunas personas la noticia parece sorprenderlos, para la mayoría  es un secreto a voces que  a medida que transcurren los años cada día son más los  puertorriqueños que optan por abandonar la llamada «Isla del Encanto» para aventurarse en la búsqueda de nuevas oportunidades de empleo en el territorio continental de los Estados Unidos y otros lugares del mundo. Aquellos tiempos en que nuestros jóvenes salían de las universidades para ingresar a puestos de trabajo bien remunerados hoy  son cosa del pasado, salvo rarísimas excepciones.

A menos que sea usted de los privilegiados cuyos familiares ocupan cargos de importancia en el gobierno o en la empresa privada, le sugerimos ponderar el establecimiento de su propia empresa a no ser que desee someterse a la humillación que conlleva doblegarse al gobernante de turno.

Aparte de esto, todo profesional aspira a recibir un salario decente y a tono con la preparación académica y los años de estudio. Lamentablemente, el Puerto Rico de hoy no es el sitio adecuado para vivir con relativa seguridad económica. Es por eso que todos los días abordan los aviones con la esperanza de lograr un futuro mejor.

El cierre de fábricas, la implementación de la Ley 7, la politización de los puestos de empleo y los bajos salarios que se pagan en la isla, son varios de los factores que hacen que muchos compatriotas sigan marchándose a los estados de Florida, Nueva York, Arizona, Georgia, Alaska  y lugares tan distantes como China y Japón.

Aunque usted no lo crea, más de 24 billones de dólares que anualmente llegan al país a través de asignaciones federales, no están contribuyendo a mejorar la calidad de vida de miles de hermanos  boricuas quienes  hastiados de acudir a citas de empleo deciden hacer las maletas e irse, tal vez para siempre.

Y ahora que muchos votantes de la isla decidieron que las cosas sigan como están en la Legislatura, nos aventuramos a vaticinar  que el «batatal» continuará creciendo. «