AGUADILLA: Luego de varios días de vista preliminar contra el individuo Javier Alvarez Luciano y su compañera consensual Yanelis Lecona López, arrestados en agosto pasado por el maltrato cruel e inusitado a que sometieran a un niño de 6 años de edad, hijo de la fémina de nacionalidad mexicana, el Juez José B. Román Barceló del Centro Judicial del Noroeste, determinó causa el miércoles para que la pareja sea enjuiciada en todos los cargos radicados por los fiscales Silda Rubio y Néstor Márquez.
El padrastro Alvarez Luciano, será juzgado por tentativa de asesinato, violaciones a la ley de armas y maltrato de menores en la modalidad grave. En cuanto a la madre del niño, la misma debe responder por cargos de maltrato a menores y encubrimiento. La pareja fue devuelta a instituciones penales del país ya que no han podido prestar la fianza global de $30 millones que les fijó otro magistrado de Aguadilla.
Como detalle curioso, la determinación de causa para juicio ocurrió el mismo día en que el niñito, hijo de Lecona López, celebró su séptimo cumpleaños. El estudiante del nivel elemental, pudo sobrevivir milagrosamente a la golpiza que sufrió a manos de un adulto, quien lo golpeó con un bate de jugar pelota y luego lo dejó abandonado dentro del cilindro de una lavadora desechada.
Los hechos se registraron el 26 de agosto de este año en un depósito de basura ubicado cerca de un supermercado aledaño a la carretera 115 del Barrio Pueblo de Rincón. Gracias a la llegada providencial de 2 ciudadanos que se disponían a «atrechar» por el sitio, estos lograron hallar al menor que estaba a punto de desangrarse.
Aparentemente, los planes del padrastro Alvarez Luciano , vecino de Rincón, eran los de hacer desaparecer al niñito y luego simular ante vecinos y autoridades que el menor había sido enviado a México con algún pariente de Yarelis. Esto es así, porque según se desprende de la versión de una testigo de cargo y agente del CIC, la señora Lecona intentó justificar la ausencia de su hijo alegando que estaba fuera de la isla. Incluso, se dice que la joven explicó que tras el arribo a México ella había conversado por teléfono con el niño.
Corresponde a la defensa de Lecona López, tratar de probar que la mujer actuó por temor a ser deportada de la isla, sometida a un patrón de maltrato frecuente o que su vida y la del niño siempre estuvo en peligro de muerte. La joven sostuvo en sus primeras declaraciones que Javier se le identificaba como «agente federal’ con poderes para encarcelarla.