Columna: Ordenemos el desorden… El Balneario de Boquerón (Fotos)

Por: Hével A. Vélez Luciano, de Regala Caborrojeño

Tal parece que en Cabo Rojo estamos siendo atacados nuevamente por la falta de organización.

Con mucha alegría hemos compartido varias veces la noticia de que las mejoras al Balneario de Boquerón están por comenzar, pero a la larga entendemos que tenemos que darle la razón a la gente.

Tal parece que son presiones y teatros políticos.

Este caso es penoso y es hasta meritorio opinar.

Opinar porque el Balneario de Boquerón es una ciudad que alimenta a miles de Pymes de nuestra región y está abandonada.

Desde que el Balneario está en desuso, las pérdidas han sido millonarias y los procesos de recuperación son lentos.

Y sí, nos tenemos que indignar cuando vemos fotos como esta y la entrevista que le hicieron a la secretaria de Recursos Naturales, Anaís Rodríguez Vega, cuando ella misma indica que no se han realizado parte de los trabajos y no se han rehabilitado más cabañas por el asunto del agua.

Entonces, ¿Por qué tirar, sí, porque fue tirado para ser destruido, por qué tirar asfalto si hay que romper toda la calle para tuberías nuevas?

Hay que renovar la infraestructura de agua potable y hay que reconstruir por completo el sistema de aguas negras. Tristemente nuestro propio balneario está contaminando nuestra bahía, hay cabañas que tienen pozos percolantes, que toda el agua sucia que produce la cabaña va a parar a la arena y al mar.

Ni el Balneario está listo y muy lejos de que sea bandera azul.

Por otra parte, estamos entrando en la época electoral, por lo que de aquí en adelante todo lo que se escuche por parte de funcionarios de gobierno hay que tomarlo con pinzas.

Mientras tanto, seguimos viviendo de sueños y esperanzas, el Balneario se deteriora más y más y los políticos pues haciendo fiesta y campaña con las fotos de los impactos de limpieza y primeras piedras en los que le vendieron falsas esperanzas a un pueblo.

Si de verdad queremos progresar tenemos que dejar los sueños y las promesas; y antes que todo ordenar este desorden.