Por Marimer Lanza González-Rodiles de Ramírez
En Puerto Rico, tenemos un problema que lleva muchos años ocurriendo, uno más de los muchos que ya tenemos.
Y es que las mujeres no podemos decidir si queremos que nos esterilicen, sea por la razón que sea. No importa si tienes un hijo, o dos; o no quieres tener hijos.
En el momento de la verdad te dicen que no, y usan el pretexto de que eres joven o que solo tienes un hijo; o también que aún no has tenido hijos.
Es una decisión bien personal que cada mujer tiene que tomar. No es el plan médico, ni el gobierno, los que deben tener la última palabra en la decisión de las mujeres. Ni los planes, ni los médicos, ni el gobierno va a mantener a los niños. (Aunque hay algunos casos en los que algunas paren para que el gobierno se los mantenga).
No sé cuántos son los casos ni si consta alguna estadística, de mujeres que hayan abortado por no haber podido tener la posibilidad de poderse esterilizar. Pero debe haberlos.
Sin embargo, es como toda intervención médica. Hay que estar segura de que no hay vuelta atrás.
Hay dos formas de lograr un embarazo después de una ligadura de trompas. Una es mediante una reversión de la ligadura, o con una fecundación in vitro. O sea, que, si quiere tener hijos en algún momento en su vida, también puede hacerlo.
Creo que la incidencia de abortos podría bajar si esto fuera más fácil para las mujeres. No obstante, que quede claro que no juzgo ni señalo a nadie que se haya practicado algún aborto.
El uso de pastillas y otros métodos anticonceptivos tienen efectos secundarios.
Otra interrogante… ¿Los hombres pueden hacerse la vasectomía? ¡Pues claro! Y hasta se les hace más fácil, pero muchos no acceden a este procedimiento por varias razones, incluyendo por miedo o por machismo.
Para concluir, debería ser un derecho reconocido para que las mujeres puedan tomar esa decisión sin tener tantos problemas y trabas.