Por: Julio Víctor Ramírez, hijo
“¿Que qué pienso de la destitución de Uroyoán Walker como presidente de la UPR?
En lo personal no me alegro… Lo conozco y es una buena persona… Pero tristemente en estos asuntos NO es suficiente con ser buena gente…
Se revelaron irregularidades con las becas presidenciales… Si el doctor Walker optó por jugarle el juego a los políticos y darle becas inmerecidas a allegados del gobernador García Padilla y del expresidente de la Junta de la UPR, Jorge Sánchez, debe pagar el precio de su actuación…
Prefirió eso a su posición como ACADÉMICO…
Ahora esos mismos con los que trató de congraciarse, lo dejaron pilla’o y en entredicho…
Me da mucha pena…”
Esas fueron mis expresiones en el muro de mi cuenta personal en la red social Facebook cuando me enteré del “retiro de confianza” y la destitución del hasta ayer presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el doctor Uroyoán Walker Ramos, en quien muchos tenían sus esperanzas cifradas para sacar la politiquería, el amiguismo, los “favorcitos” y otros males del sistema del principal centro docente público de la Isla.
La Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico le retiró la confianza a Walker. Precisamente, un ente creado durante la administración García Padilla para sacar del medio a la desaparecida Junta de Síndicos de la UPR, que venía funcionando desde la década de los ’90, y acomodar en ella a simpatizantes y allegados a la administración gubernamental.
Un demoledor informe precipitó la destitución de Walker.
Los mismos con los que él se sentaba en las reuniones de la Junta de Gobierno de la UPR, salvo varias abstenciones, incluido el secretario de Educación, Rafael Román, le cortaron la cabeza a él y a su personal de confianza.
La Junta también destituyó al rector del Recinto de Río Piedras de la UPR, Carlos Severino, y al decano de la Facultad de Estudios Generales, Carlos Rodríguez Fraticelli. Mientras tanto, la vicepresidenta de Asuntos Académicos, Delia Camacho, y la decana de Asuntos Estudiantiles, Palmira Ríos, presentaron su carta de renuncia antes de la determinación de la Junta.
Todo apunta a que el arquitecto del esquema de supuesto favoritismo con las “Becas Presidenciales”, lo fue el expresidente de la Universidad de Puerto Rico, Antonio García Padilla, hermano del gobernador Alejandro García Padilla, quien es mencionado en el Informe Final de la Comisión Investigativa sobre las Becas Presidenciales 2015-2016, y que el enlace al mismo está al final de este artículo.
Debo aclarar que no estoy haciendo una apología de Walker, por el contrario. Lo que a todas luces fue su actitud de ceder a presiones “de arriba” para favorecer a los amigos y allegados de “los poderes detrás del trono” y posiblemente “frente al trono”, lo descalificaron para seguir delante de la UPR y salir con su reputación en entredicho.
Walker era visto, desde que hace años se sometió al Comité de Consulta del Recinto Universitario de Mayagüez, para el cargo de rector, como una persona “pro estudiantes y pro comunidad universitaria”. Pero, ¿Qué le pasó en el camino? En mi opinión se codeó demasiado con políticos y politiqueros; y se lo comió el sistema. Se «institucionalizó».
Tristemente, como dije en mi cuenta de Facebook, ahora los mismos “de arriba”, con los que trató de congraciarse “lo dejaron pilla’o y en entredicho”.
Ahora, según tengo entendido y si no tiene otros planes luego de su destitución, Walker regresaría a su cátedra de Matemáticas en el Recinto Universitario de Mayagüez.
Enlace:
Informe Final de la Comisión Investigativa sobre las Becas Presidenciales 2015-2016