En palabras y promesas anunciada rebaja factura de luz

MAYAGUEZ:  A menos de cuatro meses para las elecciones, los abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica continúan sin ver la prometida reducción en la factura mensual de la luz, mientras personal de esa corporación pública ha intensificado el corte del  servicio en toda la isla. La Calle Digital advino a conocimiento de un caso ocurrido en la zona oeste, donde empleados de esa agencia le suspendieron el servicio de luz al hogar de  una dama que depende de equipo especial para poder respirar. No obstante los ruegos de la sexagenaria para que le concedieran unos días adicionales en lo que llegaba el cheque del Seguro Social, un empleado de la AEE, procedió a dejarla sin el vital servicio.

Esta situación contrasta con los miles de casos en la isla donde grandes empresas y  residentes de sectores de gran poder económico pagan las facturas de luz y agua cuando les parece.  Según trascendió, en la AEE tienen dos varas para medir a los clientes. En algunas situaciones se le hacen  planes de pago a determinados abonados, mientras se le niega trato igual a los envejecientes y a la clase media pobre.

En el caso de la vecina del litoral oeste, la excusa del empleado de la Autoridad de Energía Eléctrica fue recordarle a la dama, «que ése es su trabajo».  Mientras  la factura de luz sigue subiendo como la espuma, los consumidores ya no saben dónde ni a quién recurrir. A opinión de muchos sectores del pueblo, el costo de la energía eléctrica en la isla continúa siendo el » Talón de Aquiles» del actual gobierno.

Palabras y promesas, promesas y palabras, el mismo cuento

Tan reciente como hace varios minutos, el cartero nos hizo entrega de la factura más al día por consumo de energía eléctrica en nuestro hogar. La misma es por la friolera de $460 con 66 centavos, correspondiente a la lectura de los pasados 30 días. Estamos hablando de una vivienda de clase media baja en la que habita una familia de seis personas y no el apartamento lujoso de un condominio de la capital. Les confieso que tiemblo de pies a cabeza cuando abro el sobre que trae la fatídica factura verdosa con el logo de la Autoridad de Energía Eléctrica.

Ya no se trata de abuso ni de atraco contra el bolsillo de un pensionado que solo depende de un ingreso limitado para atender múltiples obligaciones. Ahora estamos hablando de saqueo, explotación y de una manera despiadada de destruir la tranquilidad y calidad de vida de cientos de miles de puertorriqueños.

Para este mes, la factura subió unos $20 adicionales, a pesar de que el precio del barril de petróleo se encuentra en el nivel más bajo de los últimos meses. Sin lugar a dudas, el actual gobierno sigue esquilmando a la clase media en aras de complacer a miles de individuos en esta isla que «olvidan» pagar los servicios esenciales de agua y luz. Como hay gente que le roba al gobierno, el estado siempre halla la manera de recuperar su dinero por algún lado.

Que alguien me diga si no constituye un atropello contra el bolsillo de los envejecientes, facturar todos los meses cantidades exhorbitantes como sucede en nuestro caso.  He aquí el desglose por lo que la AEE llama » cargos corrientes por venta de electricidad». Aceptamos como justa una tarifa básica de $75.91 y compra de energía por otros $65.52. Sin embargo, es atropellante, insultante y un  robo descarado que se me facturen $319.23 por la notoria » compra de combustible».

Señor Gobernador Luis Fortuño Bursed, continúe su gobierno estrangulando económicamente a la clase media de Puerto Rico y ya nos veremos en noviembre próximo. El pueblo se hartó de palabras y promesas y de promesas y palabras. Cumpla usted sus compromisos.

Gobernador Luis Fortuño repite su «Disneyplan» de promesas

Ante una audiencia cautiva, con excepción de la representación de la minoría que acudió a cumplir con el deber ministerial, el gobernador Luis Fortuño Bursed, ofreció hoy martes  su último mensaje de este cuatrienio sobre el  Presupuesto del País para el próximo año fiscal. Durante Sesión Especial de Cámara y Senado que tuvo la presencia de jefes de agencias, representantes de la Rama Judicial, líderes comunitarios, jueces de la Corte Suprema, alcaldes novoprogresistas e invitados especiales, Fortuño aseguró que el nuevo presupuesto «será uno con cero  déficit.»

El primer mandatario adelantó que habrá justicia laboral para los empleados gubernamentales dentro de un marco de respeto y de diálogo. Fortuño lanzó sus dardos a sus críticos y opositores políticos que según  él, se pasan infundiéndole miedo al pueblo. Como parte de una bien organizada estrategia mediática, Fortuño logró arrancar aplausos continuos acompañados del estribillo » cuatro años más, cuatro años más, cuatro años más».

Durante la comparecencia ante la Legislatura presidida por la representante Jennifer González y el senador Thomas Rivera Schatz, el gobernador volvió a repetir lo expresado en mensajes anteriores. En cuestión de segundos habló de una rebaja en el costo de la energía eléctrica pero no se detuvo a explicar cómo conseguirá reducir o eliminar el odiado «ajuste por combustible».

Sobre otros asuntos, el gobernador Fortuño Bursed hizo énfasis en la llamada «reforma contributiva», que le pone  dinero a los puertorriqueños en el bolsillo derecho, pero termina quitándoselo  en las facturas de agua, luz, CRIM, permisos e IVU.

Fortuño pidió a la comunidad puertorriqueña que se una a él para hacer del nuevo cuatrienio «la década de la educación». «Todas las escuelas del Siglo 21, serán escuelas donde tus valores cuentan», acotó el gobernador.

Dominar el Español y el Inglés, es otra de las metas en cuanto a destrezas básicas, que debe ser un derecho para nuestros niños, reiteró el primer mandatario. En cuanto a seguridad pública, el gobernador  Fortuño Bursed admitió que todavía falta mucho por hacer. Por tal motivo habrá una «avalancha» de fondos públicos para las operaciones de la Policía Estatal y el Departamento de Corrección.

Como dato curioso, habrá más  recursos para mantener gente en las cárceles y menos dinero para los programas de prevención y modernización  hasta el máximo a la Policía de Puerto Rico.

Como noticia positiva, el gobernador adelantó que 50 mil personas más tendrán acceso a los programas de Salud, incluyendo el «Plan Mi Salud».  De otra parte y para que los residentes del Area Oeste no digan que han sido marginados, Fortuño prometió varios proyectos de construcción de carreteras, desarrollo del turismo y la creación de miles de empleos.

Partiendo de los aplausos recibidos durante su mensaje ante la Legislatura, el gobernador Fortuño Bursed, pudiera sentirse feliz de haber creado  un nuevo Puerto Rico de paz, trabajo y de unidad de propósitos. Algo que los más optimistas describen como el nuevo «Disneyland» del caribe.

Entre mentiras y promesas el pais aguarda por un futuro mejor

A menos de nueve meses para que esta isla lleve a cabo otro proceso electoral, un gran sector del pueblo puertorriqueño aún no tiene claro a cuales candidatos a cargos electivos le otorgará la confianza para que administren por cuatro años más el destino político y económico de un país devastado por el desempleo y la falta de oportunidades para nuestros jóvenes. Si bien es cierto que la situación pinta positiva para los grandes intereses financieros que se dedican a vivir del gobierno de turno, eso no podemos decir que los miles de padres de familia que deben humillarse ante los políticos para conseguir un día de trabajo.

Entre mentiras y promesas, los candidatos de los partidos principales prometen utilizar una varita mágica para enderezar los entuertos que ellos mismos crearon con el cierre de industrias, la destrucción de la otrora pujante clase media y los múltiples obstáculos que le impone el estado a los pequeños inversionistas que luchan por crear nuevos negoci0s, y por ende, auto-empresas forjadoras de empleos.

Más recientemente, el gobierno pretende buscar dinero «hasta debajo de las piedras», persiguiendo a los pequeños comerciantes, negocios ambulantes y vendedores de la Lotería tradicional, cuyas ventas e ingresos apenas alcanzan para el sostenimiento de sus respectivas familias. A esto adicione las cargas onerosas que le siguen imponiendo al pueblo las instituciones bancarias y las compañías de seguros. Resulta una odisea seguir viviendo en la llamada «Isla del Encanto», donde el pan está mal repartido, mientras los políticos disfrutan a gusto del presupuesto estatal.

Los electores de Puerto Rico tienen la gran responsabilidad de utilizar el voto de noviembre próximo con cuidado y sabiduría. Ya no se trata de colores y banderas. Es el momento de seleccionar a los candidatos que trabajan por el país con decencia, justicia y dedicación. Afortunadamente, en esta isla queda aún mucha gente buena y valiosa. Llegó la hora de decirle NO, a los mentirosos, arribistas y trepadores que han hecho de la política borincana su mejor negocio particular.