Luego de tres años sigue impune el asesinato del sargento Abimael Castro Berrocales

Sigue impune la muerte del sargento Abimael Castro Berrocales (Suministrada Policía).

Sigue impune la muerte del sargento Abimael Castro Berrocales (Suministrada Policía).

CABO ROJO: Al cumplirse tres años del cobarde asesinato del sargento Abimael Castro Berrocales, la solución del crimen aparenta estar tan lejana como el primer día, a pesar de promesas, confidencias, bocetos  y descripciones que se ofrecieron a raíz de los hechos ocurridos en las primeras horas del Año Nuevo en el 2012.

Castro Berrocales, en sus funciones oficiales asignado a la División de Tránsito de Mayagüez, detuvo un sujeto en la carretera PR-100 de Cabo Rojo por conducir a velocidad excesiva. El conductor mató de dos disparos en el rostro y la cabeza a Castro Berrocales en los momentos en que preparaba un boleto de multa administrativa.

El sargento Castro Berrocales, que fue ascendido póstumamente al rango de teniente, tenía 40 años al momento de su muerte.

Cruz que marca el lugar donde fue asesinado el sargento Abimael Castro Berrocales en la carretera PR-100 de Cabo Rojo (Foto Julio Víctor Ramirez Torres).

Cruz que marca el lugar donde fue asesinado el sargento Abimael Castro Berrocales en la carretera PR-100 de Cabo Rojo (Foto Julio Víctor Ramirez Torres).

Tras conocerse el vil crimen, comenzaron a circular versiones sobre un Toyota Paseo color verde que fue visto en el lugar donde ocurrió el asesinato, e incluso, se preparó un boceto del sospechoso que circuló por todos los medios del país. Tres años después no se han radicado cargos, a pesar de la promesa que le hiciera el entonces superintendente de la Policía, Emilio Díaz Colón, a la viuda del oficial caído, Evelyn Muñiz, de “que el caso será esclarecido”. Eso no ha ocurrido.

Como cuestión de hecho, la única acción que se tomó en torno a este caso fue la expulsión de la Policía de Puerto Rico del agente Harold Alexander Ortiz Cruz, quien en medio de la indignación que había producido el crimen y el descontento que entonces existía entre los uniformados con las ejecutorias del exsuperintendente Díaz Colón, usó el sistema de altoparlantes de una patrulla y le dijo al funcionario: “Renuncia, renuncia”. La situación se produjo durante el velatorio de Castro Berrocales en la Funeraria Martell de Mayagüez.

Cada año, el 1 de enero, familiares, compañeros y amigos de Castro Berrocales se reúnen en la carretera PR-100, en el lugar en el que fue asesinado, para recordarlo.

El teniente Castro engendró tres hijos y era el menor de nueve hermanos por parte de su padre y otro por parte de madre.

«Bota’o» agente que le exigió renuncia a Super de la Policía

Esgrimiendo el argumento de que el ex agente incurrió en insubordinación y uso indebido de propiedad pública para fines personales, el Superintendente de la Policía, Emilio Díaz Colón, decretó la expulsión inmediata de Harold Ortíz Cruz, como miembro de la Policía de Puerto Rico. La decisión que no tomó a nadie por sorpresa, confirma la opinión de otros uniformados,  de la intolerencia que impera en la Policía estatal y la poca importancia que se le concede a la libertad de expresión.

El caso del ex agente que estaba adscrito al cuartel de Hormigueros, ocurrió el 4 de enero pasado mientras se llevaba a cabo el velatorio del teniente Abimael Castro Berrocales, en la Funeraria Martell de Mayagüez. El oficial fue ultimado a tiros en la madrugada del nuevo año cuando intervenía con un conductor en la carretera 100 de Cabo Rojo. Aunque ya tuvo lugar la expulsión del policía Ortíz Cruz, aún no ha sido esclarecido el crimen del teniente Castro Berrocales.

Tal parece que botar a Ortíz Cruz de la Uniformada, conlleva  más prioridad que encausar al asesino del recordado oficial caído en el cumplimiento del deber.

A Ortíz Cruz se le achaca haber utilizado el altavoz de la patrulla donde viajaba en compañía de otro miembro de la Policía para exigirle la renuncia al superintendente Díaz Colón. A raíz del incidente, un alto oficial de la policía, descrito como «incondicional»  de Díaz Colón, adelantó que Ortíz sería «botado» de la Uniformada. Casualmente, se trata de un oficial vinculado en el pasado a violación de derechos civiles a ciudadanos de este litoral.

De otra parte, el ex policía Harold Alexander Ortíz Cruz, reaccionó a la destitución publicando el siguiente comentario: » Hoy es un día triste para mí en ver que la justicia del hombre es ciega, arbitraria y selectiva. Hoy oficialmente me destituyen como oficial de la Policía de P. R., lugar donde dí más de 15 años de servicio honroso, con orgullo y respeto. Les exhorto a mis hermanos azules a que sigan dando la batalla contra el crimen, que no dobleguen las rodillas frente al enemigo, que defiendan aquellos postulados para los cuales juraron con dignidad y respeto. A cada uno mis respetos, mi admiración y mi apoyo; que Jehová Dios los bendiga hoy, mañana y siempre al igual que a sus familiares. Les amo en Cristo Jesús, Amén.»