Dispositivo para tratamiento de cáncer desarrollado en el RUM recibe subvención para su potencial comercialización

MAYAGÜEZ: Un dispositivo para el tratamiento de cáncer de próstata y de páncreas, desarrollado como parte de un proyecto de investigación en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recibió una subvención ascendente a $275 mil de la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF) y su programa Small Business Technology Transfer (STTR).

El doctor Jorge L. Castro Torres, egresado del programa doctoral en Bioingeniería del RUM y fundador de la compañía iHnnova LLC, recibió la dádiva para ampliar su propuesta sobre el instrumento médico portátil por inducción magnética, con el uso de nanopartículas, para llevar calor de manera específica y con alta resolución espacial a las células de cáncer, en lugares de difícil acceso dentro del cuerpo humano, mediante una modalidad de tratamiento conocida como hipertermia de fluido magnético (MFH).

“Es una tecnología que lleva varios años en desarrollo. Comenzamos a trabajarla desde que inicié mi maestría, luego en mi doctorado y postdoctorado. La parte innovadora es que creamos unos dispositivos médicos que fueron patentizados dentro de la UPR. La manera en que se lleva a cabo esta terapia es que se inyecta un área de interés con unas nanopartículas magnéticas. Luego, con nuestro producto exponemos esas partículas en el tumor a un campo magnético, y esa interacción hace que la temperatura comience a elevarse. Al llegar a cierto valor, esas células de cáncer ya no toleran el alza y comienzan a morir”, explicó Castro Torres.

El investigador destacó que los fondos otorgados por el STTR en su Fase I serán destinados a una etapa experimental en animales, conforme con los estándares y regulaciones de las agencias pertinentes para estos casos, para demostrar que la efectividad de la terapia es significativa, ya que anteriormente se probó con éxito en células de cáncer. De obtener resultados positivos, procedería a solicitar una Fase II para elaborar el producto final.

“Me siento muy feliz de haber llegado a este punto. Siempre quise buscar la manera de ayudar a solucionar un problema global. El que nos hayan otorgado esta subvención, me llena de satisfacción porque ya estamos haciéndolo. Estamos contribuyendo a frenar una enfermedad tan devastadora, como lo es el cáncer. Ha sido un largo proceso, pero se alcanzó con mucha perseverancia y con el apoyo de mis mentores, los doctores Eduardo Juan García y Madeline Torres Lugo. También, agradezco al Centro de Negocios y Desarrollo Económico (CNDE) del Recinto y a un sinnúmero de personas que siempre han estado para darme la mano. Es un logro de todos”, reiteró.

Precisamente, Juan García, del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Torres Lugo, de Ingeniería Química, conforman el equipo de trabajo junto a su exalumno desde el principio del proyecto, que se remonta a más de una década, con sus diversas fases, así como otras dádivas de NSF y sus programas, como Partnership for Innovation (PFI) y del proyecto CREST.

“Entre el 2014 y 2015, junto al doctor Castro Torres empezamos a conceptualizar estos dispositivos, con muchos retos técnicos que pudimos sobrellevar. Las primeras pruebas fueron en células de cáncer y tuvimos éxito. La próxima etapa es ver qué tanto puede penetrar el dispositivo en estos campos y determinar el rango de tratamiento. Estos estudios de instrumentos médicos y terapias tardan muchos años porque se utilizan en problemas muy difíciles. Se empieza generalmente en células, después en animales, hasta que, eventualmente, se prueban en seres humanos para determinar si son efectivos y seguros”, aseveró el doctor Juan García.

Según la descripción del proyecto, la terapia de hipertermia con fluido magnético es utilizada en Europa, sin embargo, los aplicadores de campo magnético comerciales para uso clínico son grandes y excluyen a los pacientes que tienen implantes metálicos debajo del cuello, ya que estos se calentarían significativamente durante el tratamiento. Por lo tanto, existe una necesidad social y clínica de un aparato de campo magnético más pequeño y enfocado para estos casos.

Según se detalló, para esta fase se realizarán las pruebas en cerdos de la Estación Experimental Agrícola (EEA) de Lajas, adscrita al Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) del RUM, por lo que será una iniciativa de carácter interdisciplinario. De igual forma, durante el anuncio de la otorgación del STTR, se enfatizó en lo que representa la iniciativa para el desarrollo económico de la región y del país.

“Esto es un gran logro que tenemos que celebrar. Es la culminación de lo que en la academia significa preparar talento para Puerto Rico. También, demuestra cómo las propuestas que surgen de la innovación y la tecnología nacen desde la ingeniería, impactan a la Universidad y al país. Vemos cómo diversas disciplinas se unen en todas las facultades para iniciar un proceso de negocio, que tiene el potencial de crear un producto y exportar tecnologías que ayuden en el aspecto médico en la ciencia y la salud, todo desde nuestro Recinto Universitario de Mayagüez”, subrayó la doctora Cristina D. Pomales García, decana del Colegio de Ingeniería.