Muere Migdalia Rodríguez tras sufrir derrame cerebral

Por: Julio Víctor Ramírez, hijo

MAYAGÜEZ: Tal y como lo adelantó su esposo el pasado viernes, durante la transmisión del programa radial CON BASE Y FUNDAMENTO (WKJB 710), Migdalia Rodríguez, conocida también como la “Sierva de Cristo”, murió luego de que sus familiares determinaran “apagarle las máquinas” que la mantenían con vida de forma artificial.

El pasado domingo sufrió mientras dormía un derrame cerebral masivo, según lo informó su esposo Jaime Ramos, que se comunicó al programa radial que produce y modera el periodista Julio Víctor Ramírez, hijo.

“Los médicos hicieron todo por salvarla, pero en un momento dado nos reunieron a todos los miembros de su familia y nos dijeron que no podían hacer nada más… Tenía muerte cerebral… Que la decisión la teníamos que tomar nosotros… La desahuciaron… Esperamos unos días, porque no perdíamos la fe de que ocurriera un milagro. Pero lamentablemente Dios decidió llevársela con Él”, dijo Jaime.

Jaime conoció a Migdalia mientras ambos estaban recluidos en Estancia Corazón, y se enamoró de ella, precisamente cuando estaba físicamente afectada por los efectos del abuso de sustancias.

Hace más de una década era común ver a esta mujer con el vientre hinchado y con los efectos visibles de su adicción a las drogas, pidiendo dinero a los conductores que se detenían a esperar el cambio de luz del semáforo de la intersección de la carretera PR-2 y la calle Nenadich, en Mayagüez.

Tras 12 años de tomar la decisión de romper en frío con el vicio, Migdalia era el vivo testimonio de fuerza de voluntad, perseverancia, valor y, sobre todo, fe en Dios.

Según nos contó en abril de 2019, su historia de calvario y posterior redención comenzó cuando era vecina del edificio 31 del residencial Roosevelt de Mayagüez.

La principal razón para regresar a Mayagüez, luego de varios años de vivir en el estado de Wisconsin, era conocer a su hijo menor, que había dado en adopción, y que actualmente tiene 24 años. Migdalia narró que, a pesar de su situación, nunca dejó de buscarlo hasta que pudo encontrarlo y relacionarse con él.

“Siempre lo estuve buscando. Yo le pedía mucho a Dios que me ayudar a encontrarlo. Me fui a los Estados Unidos a vivir con mi hija en Milwaukee. Estando allá, como ya estaba recuperada y estaba en los caminos del Señor, oré para tener las herramientas y las personas que lo conocieran para poder encontrarlo. Hace cinco años lo pude localizar por el Facebook, cuando publiqué un video suplicándoles a las personas que lo conocieran, que me ayudaran a encontrarlo. Una señora que se llama Maritza Ayala, que tiene un restaurante en San Germán, me ayudó a encontrarlo. Y por eso le estaré eternamente agradecida”, explicó Migdalia.

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Antes de regresar a Milwaukee el año pasado, Migdalia, aparte de su entrevista con LA CALLE Digital y WKJB 710, ofreció su testimonio en iglesias de Mayagüez y Arecibo.

Sobre su contacto con su hijo, primero lo hizo a través de mensajes de texto. Y al ver que las conversaciones fluyeron, y que no había rencor de parte del joven, se estableció el puente de comunicación entre ambos. Y tras cinco años de mensajes, conversaciones telefónicas y por video, Migdalia estaba en condición física para hacer el viaje desde Milwaukee hasta Mayagüez.

Hubo una interrupción en la comunicación tras el paso del huracán María, en septiembre de 2017, pero eventualmente se pudo restablecer.

“Me creyeron muerta”

“Todo el mundo cree que estás muerta, porque como ya no te ven en la luz, piensan que te moriste”, le dijo Jaime.

“Hubo gente que me daba tres meses de vida… Seis meses…”, señaló.

“No me quería ir”

Migdalia admitió que no se quería ir a los Estados Unidos a vivir con su hija, pues todavía tenía pendiente encontrar a su hijo menor, que había dado en adopción. Fueron difíciles esos primeros meses en su proceso de adaptación, pues estaba en un lugar extraño, cuyo idioma no dominaba.

“Pues como no conocía a nadie, la adaptación fue difícil. Allí busqué una iglesia en donde reunirme. Yo buscaba una hispana, pero era difícil de conseguir. Y Dios finalmente mu puso en una que lleva su mensaje, en la que hay personas hispanas, incluso puertorriqueñas”, apuntó.

El vicio

Migdalia nos confesó que fue víctima de violencia doméstica y que la pareja que tenía entonces la tenía amenazada “con darle por donde más le dolía”, si lo dejaba.

“Me voy a desquitar con lo más que te duele… Y lo más que me duele son mis hijos. Y se puso de acuerdo con unas personas para que Servicios Sociales (Departamento de la Familia) me quitara a mis hijos”, manifestó Migdalia, al aclarar que en ese momento no estaba en el vicio de las drogas.

Afirmó que sintió que moría cuando le arrebataron a sus pequeños. “Me quitaron mi razón de vivir”, apuntó.

La depresión en que cayó como resultado de perder a sus hijos, malas amistades y la eventual presión de grupo, hicieron que comenzara a consumir drogas, empezando por la marihuana. El consumo fue escalando hacia la cocaína y la heroína. Hasta que se vio pidiendo dinero en la calle para mantener su vicio.

“Ya no era cuestión de sentirte bien o la nota que te podía dar la droga. Ya era una dependencia física y te convertías en prisionera de la droga”, comentó.

Dormir en las aceras

Migdalia llegó a dormir en las aceras de la ciudad de Mayagüez, a la intemperie, y había llegado a un extremo en que aparte de pedir dinero para la “cura”, también pedía para comer. Recordó el gesto de bondad que tuvo con ella el propietario del restaurante Don Quijote de Mayagüez, que le guardaba algo de comida para que se pudiera alimentar.

“Ese señor me guardaba comida a mí todos los días, cuando ya estaba bien mal, que tenía las piernas hinchadas y casi no podía caminar”, dijo.

Sin embargo, a pesar de haber encontrado ángeles que la ayudaron, Migdalia también fue objeto de vejaciones e insultos.

“Yo tuve muchas personas que me juzgaban y me gritaban malas palabras. Hasta me escupieron… Pensaban que yo estaba embarazada y estaba pidiendo dinero pa’ drogas. Sufrí mucho”, manifestó Migdalia, al aceptar que tocó fondo.

Estancia Corazón

Migdalia recordó también que el doctor Sonny Moretta, un cirujano de mano con oficina en Mayagüez, le operó las manos y debido a lo grave de su condición, le amputó parte de algunos de sus dedos.

“En medio de esa situación, las personas de Fondita Corazón hablaron conmigo y me dijeron que me iban a llevar a Estancia Corazón, que allí me iban a atender, iba a tener dónde vivir e iba a poder romper con el vicio. Yo tenía en mi mente que algún día iba a poder volver a ver a mis hijos. Estuve desde octubre del 2007 hasta abril del 2008”, añadió Migdalia, quien llegó a esa institución bien deteriorada físicamente, al extremo que en una ocasión que fue llevada a una institución hospitalaria de la región, alguien del hospital llamó a Estancia Corazón diciendo: “Vengan, para que recojan ese cadáver”.

“Empecé a buscar de Dios”

“Dios mío ayúdame, porque yo quiero servirte. Ese es mi deseo. Mucha gente oró por mí y eso estoy haciendo… Servirle a Dios”, explicó Migdalia.

Como cuestión de hecho, el día de la entrevista en WKJB, Migdalia se paró en el mismo lugar donde les pedía dinero a los conductores, en el cruce de la PR-2 y la Nenadich, pero en esta ocasión para repartir el testimonio impreso de su sanación física y espiritual a los conductores.

Un milagro llamado Migdalia

Por: Julio Víctor Ramírez, hijo

MAYAGÜEZ: Hace más de una década era común ver a esta mujer con el vientre hinchado y con los efectos visibles de su adicción a la drogas, pidiendo dinero a los conductores que se detenían a esperar el cambio de luz del semáforo de la intersección de la carretera PR-2 y la calle Nenadich, en la Sultana del Oeste.

Hoy, ese ser humano, tras 11 años de tomar la decisión de romper en frío con el vicio, es vivo testimonio de fuerza de voluntad, perseverancia, valor y, sobre todo, fe en Dios.

Su nombre es Migdalia Rodríguez.

Según nos contó en nuestro programa Con Base y Fundamento (WKJB 710 AM), su historia de calvario y posterior redención comenzó cuando era vecina del edificio 31 del residencial Roosevelt de Mayagüez.

La principal razón para regresar a Mayagüez, luego de varios años de vivir en el estado de Wisconsin, era conocer a su hijo menor, que había dado en adopción, y que actualmente tiene 24 años. Migdalia narró que a pesar de su situación, nunca dejó de buscarlo.

“Siempre lo estuve buscando. Yo le pedía mucho a Dios que me ayudar a encontrarlo. Me fui a los Estados Unidos a vivir con mi hija en Milwaukee. Estando allá, como ya estaba recuperada y estaba en los caminos del Señor, oré para tener las herramientas y las personas que lo conocieran para poder encontrarlo. Hace cinco años lo pude localizar por el Facebook, cuando publiqué un video suplicándoles a las personas que lo conocieran, que me ayudaran a encontrarlo. Una señora que se llama Maritza Ayala, que tiene un restaurante en San Germán, me ayudó a encontrarlo. Y por eso le estaré eternamente agradecida”, explicó Migdalia.

Sobre su contacto con su hijo, primero lo hizo a través de mensajes de texto. Y al ver que las conversaciones fluyeron, y que no había rencor de parte del joven, se estableció el puente de comunicación entre ambos. Y tras cinco años de mensajes, conversaciones telefónicas y por video, Migdalia estaba en condición física para hacer el viaje desde Milwaukee hasta Mayagüez.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Hubo una interrupción en la comunicación tras el paso del huracán María, en septiembre de 2017, pero eventualmente se pudo restablecer.

El vicio

Migdalia nos confesó que fue víctima de violencia doméstica y que la pareja que tenía entonces la tenía amenazada “con darle por donde más le dolía”, si lo dejaba.

“Me voy a desquitar con lo más que te duele… Y lo más que me duele son mis hijos. Y se puso de acuerdo con unas personas para que Servicios Sociales (Departamento de la Familia) me quitara a mis hijos”, manifestó Migdalia, al aclarar que en ese momento no estaba en el vicio de las drogas.

Afirmó que sintió que moría cuando le arrebataron a sus pequeños. “Me quitaron mi razón de vivir”, apuntó.

La depresión en que cayó como resultado de perder a sus hijos, malas amistades y la eventual presión de grupo, hicieron que comenzara a consumir drogas, empezando por la marihuana. El consumo fue escalando hacia la cocaína y la heroína. Hasta que se vio pidiendo dinero en la calle para mantener su vicio.

“Ya no era cuestión de sentirte bien o la nota que te podía dar la droga. Ya era una dependencia física y te convertías en prisionera de la droga”, comentó.

Dormir en las aceras

Migdalia llegó a dormir en las aceras de la ciudad de Mayagüez, a la intemperie, y había llegado a un extremo en que aparte de pedir dinero para la “cura”, también pedía para comer. Recordó el gesto de bondad que tuvo con ella el propietario del restaurante Don Quijote de Mayagüez, que le guardaba algo de comida para que se pudiera alimentar.

“Ese señor me guardaba comida a mí todos los días, cuando ya estaba bien mal, que tenía las piernas hinchadas y casi no podía caminar”, dijo.

Sin embargo, a pesar de haber encontrado ángeles que la ayudaron, Migdalia también fue objeto de vejaciones e insultos.

“Yo tuve muchas personas que me juzgaban y me gritaban malas palabras. Hasta me escupieron… Pensaban que yo estaba embarazada y estaba pidiendo dinero pa’ drogas. Sufrí mucho”, manifestó Migdalia, al aceptar que tocó fondo.

Estancia Corazón

Migdalia recordó también que el Dr. Sonny Moretta, un cirujano de mano con oficina en Mayagüez, le operó las manos y debido a lo grave de su condición, le amputó parte de algunos de sus dedos.

“En medio de esa situación, las personas de Fondita Corazón hablaron conmigo y me dijeron que me iban a llevar a Estancia Corazón, que allí me iban a atender, iba a tener dónde vivir e iba a poder romper con el vicio. Yo tenía en mi mente que algún día iba a poder volver a ver a mis hijos. Estuve desde octubre del 2007 hasta abril del 2008”, añadió Migdalia, quien llegó a esa institución bien deteriorada físicamente, al extremo que en una ocasión que fue llevada a una institución hospitalaria de la región, alguien del hospital llamó a Estancia Corazón diciendo: “Vengan, para que recojan ese cadáver”.

“Empecé a buscar de Dios”

“Dios mío ayúdame, porque yo quiero servirte. Ese es mi deseo. Mucha gente oró por mí y eso estoy haciendo… Servirle a Dios”, explicó Migdalia.

Como cuestión de hecho, antes de la entrevista, Migdalia se paró en el mismo lugar donde les pedía dinero a los conductores, en el cruce de la PR-2 y la Nenadich, pero en esta ocasión para repartir el testimonio impreso de su sanación física y espiritual a los conductores.

Me creyeron muerta

“Todo el mundo cree que estás muerta, porque como ya no te ven en la luz, piensan que te moriste”, le dijo a Migdalia su actual esposo, al que conoció mientras estuvo en Estancia Corazón, y que se enamoró de ella, precisamente cuando estaba físicamente afectada por los efectos del abuso de sustancias.

“Hubo gente que me daba tres meses de vida… Seis meses…”, señaló.

“No me quería ir”

Migdalia admitió que no se quería ir a los Estados Unidos a vivir con su hija, pues todavía tenía pendiente encontrar a su hijo menor, que había dado en adopción. Fueron difíciles esos primeros meses en su proceso de adaptación, pues estaba en un lugar extraño, cuyo idioma no dominaba.

“Pues como no conocía a nadie, la adaptación fue difícil. Allí busqué una iglesia en donde reunirme. Yo buscaba una hispana, pero era difícil de conseguir. Y Dios finalmente mu puso en una que lleva su mensaje, en la que hay personas hispanas, incluso puertorriqueñas”, apuntó.

Antes de regresar a Milwaukee, Migdalia ofreció su testimonio en iglesias de Mayagüez y Arecibo.

Policía de Mayagüez rescata adictos en programa «De vuelta a la Vida»

La actividad "De vuelta a la Vida" tuvo lugar en la Fondita Corazón de Mayagüez (Archivo).

La actividad «De vuelta a la Vida» tuvo lugar en la Fondita Corazón de Mayagüez (Archivo).

MAYAGÜEZ: Unas 15 personas, entre las que figuran siete mujeres, se acogieron a diferentes programas de rehabilitación, como parte del programa “De vuelta a la Vida”, coordinado por la División de Relaciones con la Comunidad de la Comandancia de la Sultana del Oeste.

Se indicó en un comunicado de prensa, que diferentes agencias gubernamentales, tanto estatal como municipal, participaron de la actividad que se concentró en la “Fondita” que atiende la organización sin fines de lucro Estancia Corazón.

Fondita Corazón abrió sus puertas el 18 de julio de 1994. Originalmente se estableció como una facilidad de comedor para deambulantes e indigentes en la calle Manantiales de Mayagüez.

Aquí se les provee tres comidas balanceadas  diariamente, para aproximadamente 70 personas necesitadas de la comunidad y es libre de costo.

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Es el producto del acuerdo colaborativo entre el Municipio de Mayagüez, el Departamento de Salud de Puerto Rico y Estancia Corazón, Inc.

Actualmente, la «Fondita» está localizada en lo que en el pasado fue la sede de la Fiscalía de Mayagüez, junto a la Plaza del Mercado.

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Alrededor de 110 participantes se beneficiaron en alguna forma de los servicios que se ofrecieron durante la actividad de impacto.

El agente Rafael Rivera Vélez coordinó la actividad por parte de la Policía de Puerto Rico para el programa De vuelta a la Vida en el área de Mayagüez, junto a la agente Lorivee Doval, quien es la coordinadora a nivel isla.