CABO ROJO: Luego de la celebración de la concurrida Asamblea de Pueblo, este pasado sábado, 28 de septiembre, en la Biblioteca Pública Blanca Colberg, en Cabo Rojo, las organizaciones comunitarias, científicas y culturales que la organizaron, entregaron al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), cumpliendo con la fecha límite del 30 de septiembre, un total de 13 ponencias presentadas y una proclama comunitaria aprobada por la Asamblea en rechazo al megaproyecto “Esencia”, propuesto para desarrollarse en Punta Melones, en el barrio Boquerón de Cabo Rojo.
En un comunicado de prensa se dijo que “la falta de atención tanto del DRNA como del Municipio Autónomo de Cabo Rojo a nuestras peticiones de información, así como la negativa del DRNA a celebrar vistas públicas según ampliamente solicitado por las organizaciones y la ciudadanía, nos llevaron a convocarnos con un resultado claro: las comunidades nos alzamos con una sola voz en rechazo a “Esencia”.
El evento, que se extendió por más de dos horas, contó con la asistencia de más de 200 personas, así como con la participación de múltiples expertos y expertas, quienes compartieron ponencias ofreciendo información precisa y ampliamente documentada sobre lo que catalogaron como “los nefastos efectos que “Esencia” causaría no sólo en todos los ecosistemas del área, sino en todos los ámbitos de la vida de quienes vivimos en este pueblo y en pueblos aledaños”.
En la Asamblea, expusieron sus argumentos profesionales de diversas áreas y disciplinas, tales como geólogos, oceanógrafos, ecólogos especializados en aves endémicas, arqueólogos, agricultores ecológicos, planificadores urbanos, representantes de la Confederación Unida del Pueblo Taíno, editoras y gestoras culturales, miembros de comités cívicos y ciudadanas de la comunidad general.
Durante la asamblea, se abordaron múltiples temas críticos relacionados con los impactos del proyecto. Algunos de estos incluyen:
- Servicios esenciales: interrupción y daño, sobre todo, a la provisión de agua potable, electricidad y vialidad pública.
- Ecosistemas y naturaleza: daños irreversibles, especialmente a la fauna y flora endémica o en peligro de extinción, a los arrecifes de coral y a las praderas de yerbas marinas. Daños que pueden anticiparse por escorrentías y material tóxico a la bahía de Boquerón, así como a la Laguna Rincón, en la que pescadores de ostiones se ganan la vida.
- Patrimonio cultural, derecho a la vida y a permanecer: amenaza al sentido de hogar y pertenencia de la comunidad, desplazamientos demográficos previsibles, y amenaza al derecho a preservar el patrimonio histórico y cultural. De igual forma, se habló de los sobre 100 yacimientos arqueológicos que se verían seria e irreversiblemente afectados.
- Impacto económico, social y estético: Las adversas implicaciones para el turismo interno y la economía local, así como las preocupaciones sobre la soberanía alimentaria, la necesidad de espacios silvestres y la apreciación y comunión con el paisaje. La necesidad de un uso y disfrute sostenibles de los recursos, en contraste con el desarrollo propuesto.
- Participación ciudadana: La importancia de la participación protagónica de las comunidades directamente afectadas en la toma de decisiones, que hasta ahora se les ha negado, y la defensa de sus derechos.
- Cuestiones legales y ambientales: Se presentaron y discutieron múltiples preocupaciones sobre las regulaciones que dificultan y criminalizan la protesta, así como los desafíos legales que plantea el desarrollo en terrenos protegidos.
- Riesgo sísmico: La zona presenta una alta incidencia sísmica, lo que plantea serias preocupaciones sobre la viabilidad y seguridad del megaproyecto.
Las diversas organizaciones y comunidades de Cabo Rojo y pueblos aledaños representadas en la Asamblea hicieron constar su oposición al megaproyecto, considerándolo “un crimen ambiental y un ataque a nuestra herencia cultural, y suscribiendo una proclama comunitaria que expresa dicha posición”.
“¡No permitiremos el desarrollo de lujo a expensas de nuestra naturaleza y de los yacimientos que aún nos quedan de nuestros ancestros!”, expresaron. Se indicó que todo el material referido ahora está en manos del DRNA.