Tras alegar que la alcaldesa de Cabo Rojo, Perza Rodríguez Quiñones tiene «dos varas» para medir a los residentes de ese municipio, vecinos del «Pueblo del Pirata Cofresí», volvieron a tronar contra la funcionaria novoprogresista, calificando de injusta la implementación de una ordenanza municipal que obliga al pago $5.00 en adelante por solicitar permiso para celebrar actividades en comercios y residencias. Aunque Perza se defiende alegando que la polémica ordenanza fue aprobada en los tiempos del extinto incumbente Santos Padilla Ferrer, la misma nunca había sido aplicada con tanta rigurosidad.
Durante diálogo con el reportero radial Mario Vega, de la Cadena Noti-Uno, una ex empleada adscrita a la oficina de finanzas del Gobierno Municipal de Cabo Rojo, describió como discriminatoria la decisión de Rodríguez Quiñones, de exigir a los dueños de hogares el pago de determinada suma de dinero si desean celebrar fiestas con música en vivo.
Incluso, residentes de Cabo Rojo están solicitando asesoramiento legal ante la posibilidad de que miembros de la Policía Municipal, estén incurriendo en violaciones de ley al gestionar el cobro de las multas por ese concepto.
Como dato importante, algunos de los quejosos alegan estar siendo discriminados por no simpatizar con la administración política que dirige a Cabo Rojo, o porque en algún momento han lanzado críticas contra la alcaldesa Perza.
» La alcaldesa se reserva para sí para la potestad de decidir cuánto se cobra por evento, e incluso, ella puede eximir del pago a las personas que entienda pertinente». Obviamente, esa manera de actuar provoca disgusto entre sus propios simpatizantes del P.N.P.
Aunque el problema tiene lugar en la calle marginal de la urbanización La Monserrate de Hormigueros, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, parece ignorar la rotura de un tubo que está dejando escapar miles de galones de agua potable. Como dato curioso, vehiculos de la mencionada corporación pública pasan por el sector continuamente, pero sus ocupantes se hacen de la vista larga.
Aunque algunos de los entrevistados entienden que se trata de «una medida de buena fe» para controlar la venta de esos artículos en el mercado local, otros ciudadanos rechazan que la nueva ley para el registro de celulares prepagados tenga impacto positivo para reducir la criminalidad. » Esos celulares van a seguir entrando a la isla de forma clandestina porque el gobierno no tiene manera de supervisar todo lo que llega por los puertos, aeropuertos y el correo», indicó un vecino de Hormigueros.






