Por Julio Víctor Ramírez, hijo, editor LA CALLE Digital
Ante el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, nos preguntamos qué será de la milenaria institución de la Iglesia Católica, que el pontífice argentino intentó reformar, llevando la iglesia a la gente. Llegándole al pueblo.
Francisco, el primer jesuita, el primer hispanoamericano, el primer argentino y el primero en 600 años en ser electo papa sin que su predecesor hubiese fallecido; vivió desde el primer momento dando el ejemplo de humildad, modestia y austeridad.
No es extraño que escogiera el nombre de Francisco, honrando a San Francisco de Asís, quien hizo votos de pobreza.
¿Sabían que Francisco no devengaba salario? A pesar de que el Vaticano posee activos considerables y un grandísimo patrimonio, la vida del papa Francisco no ha estado exactamente bañada en opulencia. De hecho, el pontífice no recibió un salario mensual ni honorarios. Sin embargo, la Santa Sede cubrió exclusivamente sus necesidades básicas, como alimentación, alojamiento, vestimenta y viajes.
En nuestra búsqueda supimos que otros cardenales de jerarquía viven bajo una estructura financiera muy diferente a la de Francisco, con ingresos mensuales de entre 10 mil y 13 mil euros, según el medio alemán Focus.
Papa Francisco renunció a vivir en los lujosos apartamentos papales del Palacio Apostólico y usaba vehículos sencillos, como un Ford Focus, dentro del Vaticano.
Algunos lo tildaron de muy “conservador”, o de muy “progre”… Todo depende del cristal con que se mire.
El sociólogo argentino Fortunato Horacio Mallimaci dijo que entre sus grandes aportes ha sido el de desclericalizar.
“No es sencillo, no lo ha podido del todo. Habla entonces de la sinodalidad, de que “el pueblo de Dios” (palabra clave en el Concilio Vaticano II de la década de los ‘60, es decir, la horizontalidad como manera también de entender esa institución católica), no solo va de arriba para abajo, sino sobre todo de abajo para arriba. El otro gran aporte ha sido el diálogo interreligioso. En un mundo cada vez más globalizado, cada vez más derechizado, cada vez más con violencia, con guerras, bueno, pedir por la paz, pedir por la comprensión, e ir él, viajar él, a visitar al líder sunnita en Emiratos Árabes Unidos, ir él a visitar al líder sunnita en Irak, en ir él a visitar al patriarca de Constantinopla, al patriarca de Moscú, visitar al Consejo Mundial de Iglesias… Hay ahí una idea que las religiones hoy, en un mundo de odio, de crueldad, de individualidad, de dejar de lado, de pensar solo en el dinero, tienen un papel especial en la cultura global y que para eso hay que tener estos gestos de sumar, buscar lo que existe en común y a partir de ahí plantear un Dios en el cual todos tienen cabida”, explicó.
No obstante, afirmó que Francisco se quedó corto en lo que concierne a participación de la mujer en la institucionalidad y el serio problema de curas pederastas que ha manchado la imagen de la Iglesia Católica a nivel mundial.
“No puede ser que en el 2025 una mujer tenga la discriminación y el segundo lugar que tiene al interior de la Iglesia Católica. Si todas las personas somos iguales porque fuimos creadas por Dios, bueno, entonces mujer, varón, para ocupar las distintas responsabilidades al interior de la institución deben ser iguales. Ahí hay un debate profundísimo del cual él es muy conservador, no ha aceptado. Lo otro es sobre el tema de los sacerdotes pederastas. Ahí ha intentado, pero muestra esa crisis de que hay episcopados y obispos que no aceptan que eso es un delito que hay que denunciar en la justicia y esas personas deben ser expulsadas. Salvo la Iglesia francesa, que lo llevó a fondo, ni en América Latina ni en Argentina ha sido tomado como política central”, expresó el sociólogo para el medio Tiempo Argentino.
Ahora solo queda esperar quién ocupará “el trono de San Pedro” y con cuál actitud vendrá.
Francisco levantó la vara muy alta y no se puede esperar menos de su sucesor.