Por: Iván Vargas Muñiz, líder obrero del Oeste del país y miembro de la UIA/AAA
Cuando dio inicio la discusión de la Reforma Contributiva, en la cual se pretende imponer un impuesto al valor añadido (IVA) de un 16 por ciento, comenzamos a escuchar distintas organizaciones oponerse fuertemente a dicho impuesto. Se convocaron varias manifestaciones de distintos grupos que querían dejarse sentir en contra de dicho proyecto.
El primer turno lo tomó el precandidato a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista (PNP), el Dr. Ricardo Rosselló Nevares, quien realizó una marcha masiva en contra de dicho proyecto. Luego, las instituciones educativas privadas se manifestaron, los taxistas, Todos somos Pueblo y hasta los economistas realizaron la suya.
Desde esta última hasta el presente, hemos escuchado muy poco de estos grupos. De hecho, ya el Gobierno eximió a los servicios médicos, las obras de teatros, las instituciones educativas privadas, y otros servicios. Esto me hace pensar que estos grupos ya están conformes porque le dieron lo que pidieron, por lo cual no participarán de ninguna otra actividad en contra del IVA.
Por otro lado, varios sectores de trabajadores, tienen frente al Capitolio desde hace ya varias semanas. UTIER, UIA, CPT, PPT y otras organizaciones pernoctan día a día, con el fin de estar atentos a las movidas de los legisladores referentes al IVA.
Sin embargo, el tiempo pasa y el gobierno ha estado recibiendo un mensaje equivocado, debido al silencio de todos los sectores del pueblo en las últimas semanas.
Me parece que ya es tiempo que los sindicatos, quienes históricamente han dado grandes luchas en el país, deben pararse y convocar a una gran manifestación, a la vez tienen que comenzar a prepararse para realizar un paro general en el país, con el fin de detener este proyecto y provocar que el gobierno comience a escuchar verdaderamente al pueblo y a los trabajadores de este país.
Hay que exigirle al gobernador Alejandro García Padilla, que se siente con los distintos sectores para buscar alternativas reales y que no tengan efecto en contra del pueblo y que al mismo tiempo se logre recaudar el dinero necesario para cubrir todas las operaciones del gobierno y para pagar la deuda.
Es lamentable que al día de hoy, cuando la situación por la que estamos pasando y que requiere que haya unidad de propósito, el movimiento obrero continúe dividido por sectores y no se unan en una sola voz en contra de los atropellos constantes a los que ya nos tiene acostumbrado el actual gobernador.
¿Qué estamos esperando?