Raymond Arrieta en uno de los tramos de su caminata anual (Archivo).
Por: Iván Vargas Muñiz, presidente del Capítulo de Mayagüez de la UIA-AAA
El animador y comediante Raymond Arrieta lleva once años consecutivos realizando la caminata “Da Vida con Raymond”, con la que logra recolectar dinero para el Hospital Oncológico, que utiliza esos recursos para los pacientes de cáncer que van a atenderse a dicha institución.
Recuerdo los inicios de Raymond en la comedia y uno de sus personajes famosos, el Payaso Trompetilla.
Visitó distintos pueblos de la isla vendiendo muñecos del famoso personaje, que era el favorito de los niños. En una de esas visitas vino a Mayagüez hice una fila extraordinaria para conseguirle un “Trompetilla” para mi hijo cuando era casi un bebé.
Desde entonces, ha estado presente en todas las causas importantes del país.
Un buen día decide iniciar una gesta histórica, importante y trascendental por los pacientes de cáncer, caminar a través de toda la isla buscando donativos para el Hospital Oncológico. Fue en mayo de 2009 cuando dio sus primeros pasos en estas caminatas desde Ponce hasta San Juan, luego de que su compañera de labores del programa “Día a Día”, Dágmar Rivera, fuera diagnosticada con cáncer.
Ha visitado distintos puntos de la isla, llevando el mensaje en favor de los pacientes de ésta terrible enfermedad y creando conciencia. Su gesta, le ha traído diversos reconocimientos incluyendo uno del Senado de Puerto Rico.
Al ver los reportajes días después de cada caminata podemos ver cuánto le está afectando a su salud y a su físico. Su cara refleja el grave impacto de los rayos ultravioleta del sol.
Sus pies, según se ha mostrado en fotos luego de los eventos, dejan claro el sufrimiento que causa caminar estas grandes distancias que recorre en busca de donativos.
El daño que se provoca a su salud es uno de carácter permanente que en pocos años se dejará sentir con mayor fuerza. La humildad y el compromiso de este hombre no le permitieron abandonar esta gesta hasta cumplir totalmente su compromiso de 10 años. Eso demuestra la calidad de ser humano que es.
Pero, Raymond, tu salud también es importante, hermano.
Me parece que ya es hora de buscar nuevos mecanismos para conseguir los fondos sin que pongas en riesgo tu propia vida. El país completo te aprecia y te respeta, tanto grandes como los chicos.
Queremos que puedas continuar aportando a los pacientes de cáncer, sí, pero no puede ser a costa de tu propia vida. En momentos en que estamos en un déficit de líderes que tomen en cuenta las verdaderas necesidades del país, tú has ocupado un lugar privilegiado. El país te quiere, te respeta, te apoya en este proyecto, pero también quiere verte bien.
Sé que no es fácil, porque tu compromiso es genuino.
De hecho, me ganaré muchas críticas, pero me parece que no debes continuar con estas caminatas, al menos no tan extensas como las has realizado. El cuerpo llega el momento en que nos dice, no más, hasta aquí y en tu caso, no debes esperar a que ese momento llegue.
Mis respetos y admiración por tu trayectoria, tu compromiso y tu humildad.
Nota: Esta columna de Iván Vargas Muñiz fue publicada originalmente el 14 de junio de 2016.