¿ Señor juez Acevedo durmió usted tranquilo anoche?

Señor juez Manuel Acevedo Hernández, quien estas líneas escribe, ha sido siempre respetuoso de los miembros de nuestra Judicatura y del rol que les toca representar en una sociedad donde tiene que imperar el orden, justicia, equidad, respeto por las leyes y estricto apego a los derechos de todas las partes en una verdadera democracia. Usted sabe mejor que nadie que dentro de lo que es justo, no pueden utilizarse dos varas para medir a ricos y pobres.

Por años, en su Sala, tanto en Mayagüez como en  Aguadilla se han ventilado casos de diversa naturaleza, casos que usted ha resuelto desde el estrado o través de la institución del Jurado del Pueblo. Entiendo que es la primera vez en su larga carrera como magistrado, que un dictámen suyo está generando tanta controversia en el país.

No vamos a entrar en los méritos de porqué su señoría decidió hallar «no culpable»  a un residente de este litoral  de los graves delitos que le estaban siendo imputados. Afortunadamente, la persona pudo contar con dos de los más connotados letrados de la isla y esto es parte de su derecho a estar bien representado.

Sin embargo y sin poner en tela de juicio su honestidad, entendemos señor juez Acevedo Hernández que  pudo usted  haberse   inhibido de entender  en este proceso, dejando que la Administración de Tribunales, asignara a un magistrado  de otra región. Creo, que no era demasiado pedir.

Un jurista que como usted tiene las agallas de poner a un periodista bajo las reglas del Tribunal, so pena de desacato, entiendo, que no hubiese tenido reparo  alguno de inhibirse a » motu-propio» para decidir en un proceso que ha despertado tantas opiniones negativas dentro y fuera de las redes sociales.

Respetuosamente le pregunto, ¿ si en esta Semana Santa, particularmente en la noche del miércoles 27 de marzo de 2013, pudo usted conciliar el sueño de manera tranquila y reparadora.  Si lo hizo…que el Señor lo bendiga.

¿ Para quién trabaja el Secretario de Asuntos al Consumidor?

Que la empresa privada defienda sus intereses de manera agresiva y consistente, eso es un asunto que no debe tomar por sorpresa al pueblo puertorriqueño que se encuentra huérfano de legisladores y funcionarios gubernamentales dispuestos a proteger sus derechos frente a los abusos constantes  de firmas poderosas cuyas metas sociales están precedidas por el signo de «dólar». En el caso de los grandes productores y distribuidores de gasolina y demás  derivados del petróleo, a ellos no les importa ni les preocupa si los consumidores siguen atravesando por la peor crisis económica  en muchas décadas.

Cuanto más caro el litro de combustible, más fondos ingresan a las abultadas cuentas bancarias de los grandes productores y distribuidores de gasolina y diesel en Puerto Rico. A eso súmele, la friolera de recursos que recibe Hacienda por concepto del pago de arbitrios al momento de usted adquirir combustible en las estaciones de servicio.

La excusa no puede ser ahora el precio del barril de petróleo en el mercado mundial. Obviamente, ese argumento no resiste validez alguna. Ahora el cuento se limita a los márgenes de ganancias y a que los «pobrecitos» distribuidores podrían irse a la bancarrota en cualquier momento.

Y en ese «duermete nene», no están solos los productores y grandes distribuidores de gasolina, que a su vez, son propietarios de muchas de las estaciones de servicio que operan en la isla. Ellos cuentan con el respaldo incondicional del Secretario del Departamento de Asuntos al Consumidor, Luis Rivera Marín, quien le ha dado la espalda al pueblo pobre para alinearse con los grandes intereses económicos. La Calle Digital, emplaza al señor Rivera Marín, para  le explique al  país ese cambio súbito a favor de los productores y distribuidores de combustible. Entendemos que ya dejó de ser defensor de los asuntos del consumidor para transformarse en «el gasolinero mayor».