Por: Francisco J. «Paco» Aquino Ruiz, MRC, MBA
Antes de insertarnos en el tema es necesario establecer o definir que es la UPR. Desde un punto de vista educativo es un centro de enseñanza, desde el ojo empresarial un centro de talentos, el gobierno lo visualiza como un centro de recursos donde invierte en su gente para el desarrollo de su pueblo. Es por esta última razón que tiene programas de poca demanda que aun así mantiene. El Estado es el ente responsable de generar y proveer a través de la planificación estratégica lo que necesitamos. Por último, es un centro ideológico de corte político que un movimiento en particular ha sabido desarrollar. Desde aquí se han llevado diferentes batallas a lo largo de los años.
El sistema de la UPR es una educación de primera con alta clasificación y estándar mundial a su vez con un sistema administrativo altamente deficiente, es por esto quizás el problema que hoy atravesamos. El problema no ha sido generado por falta de recursos sino de administración de los recursos. Remontándonos a la historia recordemos que la UPR ha sido parte del crecimiento económico y social de la isla. La fórmula que se implementó hace varias décadas atrás donde se utilizaba parte del dinero del fondo general del gobierno tenía el propósito permitir el despunte y desarrollo sostenido de capital humano, esto según mi entender se cumplió. Sin profesionales de todo tipo no seríamos el Puerto Rico de primera que somos hoy. Por otro lado, los excesos pueden provocar baja eficiencia y eso ocurrió cuando ese crecimiento se estancó y la universidad continuaba con su “autonomía” gastando a diestra y siniestra sin realizar ajustes mayores.
La UPR no es la casa de los “pelús” como le llaman algunos, esos son cosas de estudiantes que van como más cómodos se sienten a tomar clases, solo eso. Esos “pelús” están ejerciendo profesiones en todo el mundo. Es cualquier país aparece un boricua. Cada moda en su tiempo, en los 70’s eran los hippies ahora hay una variedad de “looks” de lo más curiosos y eso no afecta su parte cognitiva. Tampoco son un grupo de encapuchados o escupe gente, esos son personas que se insertan en las huelgas para encender la chispa negativa, entre ellos hay estudiantes. Nadie puede decir que una persona que se encapucha en una isla altamente democrática como esta busca un bien, tampoco escupir a otro es la solución. Eso solo envía un mensaje negativo y genera odio. La huelga perdió su razón de ser ese día.
Las huelgas han sido parte de batallas donde se “turnean” estudiantes, personal docente y no docente cada uno con sus propias causas luchando por lo que entienden que son sus derechos, a la hora de ceder nadie cede, eso es una cultura del boricua. Recuerden que hay estudiantes que parecen eternos.
Desde comienzos de año la UPR ha protagonizado diferentes eventos de gran impacto o trascendencia. Comencemos por el asunto de las Becas Presidenciales que ha generado renuncia del pasado presidente (Uroyoán Walker) y posterior investigación del Departamento de Justicia. Al parecer estas becas no eran para personas que despuntaban académicamente y de escasos recursos, nefasto. Esta es una situación que veremos más adelante en los medios de prensa, de seguro alguien será procesado judicialmente. Posteriormente tenemos la renuncia masiva de 10 de los 11 rectores de los recintos, aunque muchos reconsideraron manteniéndose en sus puestos el acto no pasó desapercibido interpretándose como un golpe orquestado y político. Se alega que el pasado presidente Antonio García Padilla hermano del exgobernador Alejandro García Padilla está ligado al lío de las becas y las renuncias. ¿Será este el origen de la huelga?
Las luchas de los estudiantes se dan en su mayoría cuando son nuevos (PREPAS), pero la cosa cambia cuando usted ha estado luchando con un sistema y se encuentra en tercer o cuarto año. En este punto ya están agotados y lo que desean es graduarse. He aquí el gran dilema que cautiva la atención y demanda una solución tecnológica para definir el cierre de un centro de carácter temporero. El voto electrónico a distancia utilizando número de estudiante sería la solución. Solo así habría verdadera democracia a la hora de decisiones importantes. ¿Acaso hay una minoría moviendo causas por encima de una mayoría?
Las huelgas en el sistema UPR están lideradas directa o indirectamente por activistas políticos con una agenda en mente. Las huelgas más grandes demuestran que cuando el Partido Nuevo Progresista está en el poder es que surgen. Otras han sido por diferentes circunstancias.
La UPR de hoy día no es la del 1903, tampoco sus necesidades, aunque siempre han tenido una aportación invaluable a nuestra sociedad. Esto si es un patrimonio que hay que conservar. No hay puertorriqueño que no se sienta orgulloso de esta institución. Esta universidad pertenece a todos, no es de unos pocos, es del que ha estudiado en ella así como del que nunca ha entrado. Todos pagamos impuestos directa o indirectamente por tal razón aportamos. Nuestra UPR es el sistema donde el pobre tiene acceso a la educación al menor costo posible el cual evoluciona o se ajusta con el tiempo. El problema del sistema no está en el estudiantado, tampoco en el empleado sino en la gerencia quien es la que ineficientemente administra. Ahora contamos con una Junta de “Supervisión” Fiscal la cual demanda resultados, me expreso en acuerdo con que hay que hacer ajustes algunos inmediatos otros paulatinos para esto el gobernador Ricardo Rosselló ha sido diligente y activo en la búsqueda de soluciones, así como defensor de nuestro patrimonio. La fórmula de solución no puede ser el inmovilismo. Habrá que hacer ajustes, comenzando el primero de julio la Universidad contará con 200 millones de dólares menos no obstante 400 millones que propone la Junta es totalmente irracional. Esa medida deber ser proyectada a futuro.
Tenemos un sistema educativo de alcance mundial, producimos talentos que compiten en cualquier lugar del planeta. El cierre no es una opción, el cierre será la causa no solamente de pérdidas de Beca Pell y otras ayudas federales como al presente sino de acreditaciones de programas, esto será un golpe mortal ya que esas acreditaciones son las que te abren las puertas dentro y fuera de la isla. Si por 60 años hemos sido la democracia envidiada de las Américas, no podemos sucumbir en este punto. El cierre no es ni será opción, el cierre es atraso, es pérdida.