Por: Lcdo. Alfredo Ocasio
Mayagüez…
Como muchos de ustedes saben, abrí mis ojos y di mi primer grito en la Clínica Perea de Mayagüez. Hace 58 años de esa gesta de mi querida y amada madre. A los 18 años, era presidente de la Juventud del Partido Nuevo Progresista y fui candidato a la Asamblea Municipal en las elecciones de 1980 en Mayagüez.
Crecí siendo el alcalde Benjamín Cole. De hecho, era vecino nuestro en el barrio París cuando fue electo alcalde en 1968. Amigo de mis abuelos, al igual que Nereida Falto, su esposa, era la época en que se era amigos respetando las diferencias ideológicas. Ese respeto me fue inculcado desde niño; una cosa son las diferencias políticas y otra es la relación personal.
La vida me alejó de Mayagüez por varios años. Durante ese tiempo, me di a conocer en la isla y establecí contactos y amistades en todo Puerto Rico y todos saben de mi paso por la Administración de Vivienda Pública de Puerto Rico. Regresé a Mayagüez en el 2001 y aquí crie a mis hijos. La mayor, nacida en Ponce, y el menor, nacido en San Juan, recibieron su educación formal y su crianza en Mayagüez. Mi oficina legal está en Mayagüez. Prácticamente todos los días estoy en Mayagüez.
Desde mi regreso a la ciudad he estado activo en organizaciones cívicas. En la urbanización que residí fui director de su asociación de residentes y presidente de esta por tres años consecutivos. Presidí el Casino de Mayagüez por dos años consecutivos y un tercer año adicional y fui miembro de su junta de directores por alrededor de 10 años. Presidí la Asociación de Padres y Maestros del Colegio de la Milagrosa por cuatro años consecutivos. En todas estas entidades, fui electo por unanimidad, un honor que me fue conferido por los miembros de todas esas organizaciones.
Por todas estas razones y otras adicionales, no puedo dejar de expresar mi consternación y dolor por lo que ha ocurrido en Mayagüez. No es lo mismo escuchar que poder leer de primera mano los documentos que reflejan claramente lo ocurrido en la administración municipal.
Le doy las gracias al periodista Julio Víctor Ramírez por haberme dado acceso a los documentos que él obtuvo. Aquellos que no hayan visto mi participación en el programa de Julio Víctor la noche del jueves, les exhorto a que vayan a su página de La Calle Digital en Facebook y la vean.
El hurto de $9 millones destinados a un centro de trauma por allegados del alcalde es algo imperdonable. Luego, leer los documentos donde se hipotecó el patrimonio de nuestra ciudad, es algo que choca la conciencia de todo ciudadano.
Mayagüez tiene un serio problema, pero ese problema no se llama José Guillermo Rodríguez. Él es el síntoma del problema. Lo que ha ocurrido es producto de la regencia continua por 84 años de un mismo partido político. La falta de alternancia que llevó a la ciudad al conformismo y a la impunidad. Los que hicieron esto lo hicieron porque sentían que no habría consecuencias porque Mayagüez siempre vota popular; la capital de la Pava.
Examiné la historia de la ciudad y verá que luego de la salida de Benjamín Cole, a quien combatí duramente cuando fue alcalde desde mi trinchera política, la ciudad ha caído en un lento y paulatino deterioro, desgaste y decadencia. Esa es la realidad. Las únicas obras grandes en Mayagüez desde 1992 para acá las han hecho gobernadores del PNP. Desde 1980 para acá, el PPD se olvidó de que Mayagüez es parte de Puerto Rico.
Veo ahora a la gente indignada contra el alcalde y no es para menos. El no querer dar cara a los medios y al pueblo es reflejo de que aún faltan más malas noticias para nuestra ciudad que involucran al alcalde. La caja de Pandora se abrió y ya no hay quien la cierre.
El hashtag “#guillitorenuncia” se está poniendo de moda. Ok. ¿Y después que Guillito renuncie, qué? ¿Qué vamos a hacer los mayagüezanos? ¿Darle cuatro años más de impunidad al PPD? Dejar que el PPD nos designe el próximo regente de la ciudad mientras su estructura corrompida por el continuismo venga a tapar y esconder lo que ya todos sabemos; que el municipio está en quiebra. ¿Se va a dejar a los mismos que nos han llevado a esta debacle que continúen en las mismas porque después de todo, esta es la capital de la pava?
Si de verdad Mayagüez quiere un cambio (el cual lo necesita), no es solamente pidiendo la renuncia del alcalde. Es sacando de la alcaldía a esa maquinaria de corrupción llamada PPD. Es terminar con 84 años de continuismo. Pero para lograrlo, tenemos todos que unirnos como pueblo y escoger a los mejores hombres y mujeres porque el trabajo de recuperar a Mayagüez va a ser monumental. Debemos aunar el esfuerzo de todos, estadistas, populares, independentistas y de otras bandas del espectro político. Necesitamos las mejores mentes y las personas con mejores capacidades para meterle mano a esto y arreglarlo para el bien de la ciudad y de sus habitantes, si es que queremos que Mayagüez regrese al sitial de donde nunca debió de haber salido.
Mayagüezanos, nuestra ciudad nos llama y nos reclama. ¡Digamos presente!
Nota: El autor es abogado con su oficina localizada en Mayagüez.