Por: Iván Vargas Muñiz Líder obrero del Oeste y miembro de la UIA-AAA
Las pasadas dos semanas fueron de anuncios de tormentas para Puerto Rico. Primero, venía Danny, que a fin de cuentas se desvío, y luego, Erika.
Muchos fueron los cambios en la trayectoria que se trazaban sobre la tormenta tropical Erika. Que si pasaba al norte, que si un poco más abajo, otro poco más abajo y, al final, se fue por el sur sin tocar tierra.
Todos los meteorólogos hablaban de 4 a 12 pulgadas de lluvia para toda la isla. Muchas fueron las esperanzas cifradas en Erika, que tenían a los clientes de la AAA que se sirven de los embalses La Plata y Carraízo desesperados por culminar el racionamiento al que están sometidos, pero se quedaron con las ganas.
Tal fue la cantidad de lluvia que se pronosticó que, el ingeniero Alberto Lázaro, llegó a insinuar que la lluvia que se esperaba de éste fenómeno natural lograría acabar con los racionamientos.
¡Hey! Se hablaba nada más y nada menos que de doce pulgadas de lluvia, claro que era suficiente para acabar cualquier racionamiento. Aunque, para sorpresa del país, incluyendo de los meteorólogos, la lluvia que cayó no se acercaba a la cantidad esperada.
Pero esto no es nuevo. Desde el pasado año, hemos visto una merma sustancial en la cantidad de precipitación, no solo en los embalses, sino en todo el país. Se pronostican cantidades de lluvia que finalmente no caen, el tiempo está demasiado seco, no se forman nubes, factores que hoy nos tiene preguntándonos ¿Dónde está la lluvia? ¿Por qué fallan muy a menudo los pronósticos?
Hace algún tiempo, cuando Susan Soltero aún estaba informando sobre las condiciones meteorológicas, recuerdo un informe en el que en el radar parecía que venía mucha lluvia. De hecho, era bastante impresionante lo que parecía que venía para la isla. De momento, dando su informe, Susan dijo «eso que ven ahí, eso es shaft». Inmediatamente describió que era una substancia, que hoy no recuerdo exactamente para qué era, pero que incidía, al menos, en lo que se apreciaba del radar. Parecia mucha lluvia.
Hoy, mirando lo que pasó con los pronósticos de los pasados eventos atmosféricos, que todo el mundo decía que caerían lluvias torrenciales, tal vez nunca antes vistas en el país, imagínese, doce pulgadas de lluvia, puedo pensar que lo que verdaderamente se veía en el mapa era algo parecido a aquello que dijo Susan.
Tenemos que cuestionar si en Puerto Rico se ésta manipulando el clima, intentando provocar sequías extremas, como en California, para así provocar la entrada de multinacionales empresas de agua, para controlar toda el agua nuestra.
Los Barones del Agua que han intentado por todos los medios posibles de controlar el agua mundialmente, imponiendo tarifas hasta el agua de lluvia, prohibiéndole al pueblo recoger el agua que cae porque es de su propiedad, son capaces de, sin nadie saberlo, controlar el clima nuestro.
Mucho hemos escuchado, y seguiremos escuchando, sobre estos temas, pero es importante prestarle mucha atención y buscar información, pues no sabemos lo que de verdad esté pasando en Puerto Rico.